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La ingeniera burgense que reparte golpes aeroespaciales

La ingeniera burgense que reparte golpes aeroespaciales

Actualizado 18/05/2019 08:04
Bernat Díez

Laura de Blas se encuentra peleando ya en la categoría profesional del muay thai español. La vecina natural de El Burgo de Osma solo sabe ganar (5 de 5) en la cúspide de este arte milenario, escasamente reconocido en España. Reconoce que “no compito todo lo que me gustaría”.

Si se encuentran en un callejón con una enfadada Laura de Blas, ¡corran! A ver quién es la graciosa que se mete con la natural de El Burgo de Osma, que por motivos estudiantiles hace vida en Madrid. Los inicios de esta burgense en el muay thai profesional prometen. Ninguna la ha tumbado en sus primeros cinco combates. Laura, de 25 años, se ha habituado a vencer en la élite. En total, a lo largo de su corta trayectoria, suma 23 combates (Amateur y Profesional). El porcentaje de victorias barre a sus derrotas, 12 éxitos por 2 fracasos. Lo restante finalizó en tablas, en nulo.

Los golpes de la burgense a menudo rifan ‘viajes’ propulsados a la luna. Esta estudiante de Ingeniería Aeroespacial aplica en la lona lo adquirido en clase. Se fue de Soria porque “ya había poco que hacer” allí, pero con frecuencia se acuerda y añora El Burgo, su retiro más pacífico entre tanto asalto. A veces huye de Madrid, la cual le “agota”, para volver y relajarse en casa, en la villa episcopal.

¿Destino o casualidad? La soriana, quien practica un deporte tan minoritario y tan escasamente reconocido en España que ni cuenta con una Federación unificada, acabó encima de un ring “fortuitamente”. Le llamaba la atención “los deportes de contacto” y la capital del Estado le brindó una ocasión única para “engancharse” a una rutina que ahora ya no se puede desquitar. Era “ahora o nunca”, y ya han pasado más de seis años (octubre de 2013) desde que se pusiera al servicio del Muay Sapein de Madrid. El “espíritu” de su equipo la tendrá retenida en el gimnasio una larga temporada.

Reivindica la espiritualidad que proporciona el muay thai, un deporte de contacto, de origen tailandés, en el que se utilizan todas las extremidades del cuerpo para intentar dejar KO al enemigo en el cuadrilátero. “Se enseña respeto, constancia y esfuerzo”. De Blas reconoce haberse dado cuenta, con el muay thai, de que sus capacidades sobrepasan cualquier “límite” establecido en sus comienzos.

“Creo que lo que menos requiere este deporte es violencia”. De Blas destruye así el principal estereotipo de este deporte tan directo. Se necesita algo más para desarrollarlo como el arte marcial que es, “disciplina, técnica y fondo”, cita. Ella ha visto “cosas más feas” en un campo de fútbol que en los combates. Según la soriana, “hay que abstraerse del concepto de ir sólo a pegarse".

Laura de Blas ya sabe lo que es competir donde se originó el muay thai. Lo hizo el pasado agosto en el Campeonato del Mundo Universitario celebrado en Tailandia. De ahí salió con una plata. “Fue una experiencia súper enriquecedora y dura”, valora De Blas, quien regresó “más fuerte” a España.

Siempre nos quedará Bangkok

Ha encontrado el equilibrio en la élite del muay thai. Se pone cómoda en ella. El Burgo de Osma ya puede jalear a una profesional en dicha materia. Ese salto, de Amateur a Profesional, le hizo desprenderse de las “protecciones” con las que peleaba antaño. En ese nuevo escenario, ha variado su “visión de combate y el ritmo”. A día de hoy, a partir de la nueva incursión, Laura reside “en un mundo más realista y visual”. Sin embargo, “por desgracia, España pasa de puntillas por este deporte”, lamenta. El caso de la soriana es significativo: “No compito todo lo que me gustaría porque no hay gente con quien hacerlo”, indica. Suple la ausencia de batallas femeninas con veladas de muay thai en el puro centro de Madrid, por la zona de Guzmán el Bueno.

Sopesó la idea de acudir al pasado Campeonato de España de muay thai (del 1 al 3 de marzo), pero una medicación que tomaba en ese momento le “disparó el peso”, cuenta. En 2019, Laura de Blas compite, respecto a su peso, “dos categorías por arriba”. En resumen, “cosas de mujeres. El sistema hormonal nos juega malas pasadas”, concluye.

Sueña con pelear “contra las mejores de mi categoría (54-55Kg) en Tailandia”, aunque lo tiene “difícil”, pues “soy consciente de que no voy a poder vivir de esto”, desvela. Se pone triste al anunciar que “llegará un día en el que esto se acabe”. Pero si justo acaba de empezar. De todas formas, Laura, siempre nos quedará Bangkok.

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