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Silencioso paseo por la Soria religiosa

Silencioso paseo por la Soria religiosa

Actualizado 22/06/2019 11:43

La ciudad castellana recibe un soplo importante de distintas corrientes religiosas, representadas en forma de numerosas plantas católicas. San Juan de Rabanera, Santo Domingo o la Concatedral de San Pedro embellecen y dan rigor a un lugar castellano muy dado y afín al románico.

Aleluya. Soria está concurrida por iglesias, ermitas y una Concatedral. La Semana Santa no ha pasado en balde para la ciudad castellana. Aprovechando el reciente paso procesional a finales de abril, cada vez que los fieles levantaban la cabeza, sus miradas se podían asombrar y topar con alguna planta destinada al culto religioso.

Popurrí de corrientes y estilos arquitectónicos. Se asegura que tiene que haber de todo en la viña del Señor, y en Soria, sobre todo, hay numerosas obras católicas que se convierten en el altar de órdenes religiosas y de Santos. El líder espiritual, patrón también de la ciudad: San Saturio. El anacoreta lo vigila absolutamente todo desde las alturas de la ermita más transitada de la ciudad. Soria Noticias les muestra un larguísimo paseo, de punta a punta de la capital, que se rige por la devoción, la fe y el silencio:

En el ‘distrito’ sur de Soria, el románico español exhibe su belleza. La iglesia de Santo Domingo fue construida en la segunda mitad del siglo XII. La fachada es un auténtico poema visual por la belleza y calidad de su ornamentación. En ella figuran escenas del Apocalipsis o de la vida de Cristo; y entre la portada y el rosetón, dos estatuas sedentes de Alfonso VIII y doña Leonor de Aquitania.

Enfrente de la Diputación de Soria, se erige la silueta románica de la iglesia de San Juan de Rabanera, una obra del siglo XII, influenciada por rasgos orientales, que está reconocida como monumento nacional. En su fábrica resalta la esbeltez del ábside y el retablo realizado por el pintor Baltanás y el escultor Francisco de Ágreda. Sin desviarse del mismo corazón de la ciudad, la ruta guía hacia la Alameda de Cervantes, donde se encuentra la ermita de la Soledad. Se trata de un sencillo recinto que presenta un pórtico con tres arcos de medio punto. Una de sus capillas alberga el Cristo del Humilladero, espléndida talla barroca del siglo XV.

Desde la plaza Mayor, se puede ver la torre de doña Urraca y la iglesia de Nuestra Señora la Mayor, de cuya estructura románica sólo mantiene la torre y una sencilla portada, pues fue rehecha en el siglo XIX. Allí se unieron en matrimonio Leonor Izquierdo y Antonio Machado.

Sigan cuesta abajo, por la Calle Real. ¿Lo oyen? Ya se intuye el rumor del agua corriendo por el Duero. El riguroso paseo les conducirá hasta la Concatedral de San Pedro. Este templo románico, cuyo claustro fue declarado monumento nacional en 1929, se alzó en el siglo XII. Las tres naves del recinto interior, cubiertas con bóvedas de crucería, se ciñen al estilo gótico, destacando en el retablo mayor el tríptico de la Crucifixión. No menor interés tiene la hermosa sala capitular de la Concatedral, a cuyos lados se abren ventanales y un lucillo sepulcral.

Finalmente, se alcanza la ermita de San Saturio. Frío, sencillez, piedra y luz tenue: la leyenda cuenta que el anacoreta donó todas sus riquezas a los pobres y se retiró para hacer vida de ermitaño en la cueva que se puede recorrer a día de hoy, pues sirve de tránsito entre el paseo y el templo. Su interior aparece decorado con frescos de Antonio Zapata, que describen la vida y milagros del venerado. patrón de Soria.

Otros puntos claves

Ermita del Mirón. Aunque la leyenda le atribuye origen visigodo, en este lugar se levantaba una de las 35 parroquias medievales dedicada a Santa María del Mirón. Asentado en una de las mejores atalayas para contemplar la ciudad, este templo barroco alberga un esbelto Retablo Mayor, en el que destaca la Virgen y su camarín.

Iglesia del Salvador. Edificado en el solar donde fuera levantada una de las humildes iglesias edificadas tras la Reconquista, el moderno templo, hoy en el corazón de la ciudad, fue construido en 1967. En su interior destaca el Retablo Mayor, obra del escultor Francisco de Ágreda.

San Nicolás. Al paso de la Calle Real, se observan los restos de la iglesia de San Nicolás, construcción del siglo XII, en la que se puede contemplar un tríptico que narra el asesinato de Tomás Beckett, arzobispo de Canterbury, acontecido en 1170.

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