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La opinión de María José Fuentes, concejal del PP en el Ayuntamiento de Soria.
Orgullosa dice sentirse Yolanda de Gregorio con los resultados de las elecciones municipales, a pesar de haber perdido en la capital casi el 20% de los votos respecto a las anteriores de 2015. Ni por aquello de la autocrítica es capaz de reconocer la debacle de su candidatura y su personalísima gestión electoral, achacando el descalabre a la dispersión del voto de la derecha, y eso que ni VOX ni PPSO han rascado bola.
¡Como si Carlos Martínez no hubiera tenido lo propio a su izquierda, con Podemos y Soria en Común! Cuando parecía que el PP había tocado fondo, llegó Yolanda para demostrar que no. De su tirón personal, dice mucho el resultado conseguido en El Burgo de Osma, de donde es oriunda. Ninguneó a Antonio Pardo que abandonó el PP en febrero, y Pardo le ha ganado con una autoridad abrumadora en su casa, duplicando en votos a su particular candidato.
Si es incapaz de hacer autocrítica, no hablemos ya de asumir responsabilidades. Llegó impuesta a este partido sin mediar congreso ni ser elegida por las bases, se acató su nombramiento porque como ella dice, venía a “conciliar”, a atraer a aquellos que se fueron y a repartir paz y amor, y lo único que ha conseguido es espantar a aquellos que tienen una cierta valía, vía ninguneo, buscando hacer del partido popular su cortijo. En qué se ha convertido el PP de Soria, queda perfectamente plasmado con el bochornoso vídeo del cierre de campaña que ha corrido como la pólvora, en el que la inefable Yolanda es mecida y reverenciada a ritmo de la 'Salve Rociera'. ¡Al cielo con ella!