Las actuaciones, con un montante de 115.000 euros, han sido costeadas por la parroquia. El obispo destaca que más allá del valor cultural y artístico, este tipo de bienes son fruto "de la fe de nuestros antepasados", por lo que es preciso su mantenimiento y cuidado.
El obispo de Osma-Soria, Abilio Martínez Varea, ha presidido la inauguración y bendición de las obras de rehabilitación de la ermita de San Bartolomé, enclavada en el Cañón del Río Lobos. En el acto han estado presentes representantes de la Diócesis, del Ayuntamiento de Ucero, de la Junta de Castilla y León así como de la empresa encargada de las obras.
Las obras de rehabilitación, que se han prolongado durante siete meses y que han supuesto una inversión de 115.000 euros, han afectado tanto al exterior como al interior del templo. El montante económico ha sido satisfecho íntegramente por la parroquia de Ucero
En el exterior de la ermita se ha intervenido, básicamente, en la cubierta, la portada y los muros. Así, ha sido reparada la cubierta, con la retirada de tejas deterioradas reemplazándolas un unidades cerámicas curvas, de las mismas características y que han sido fijadas con poliuretano.
También se ha actuado en el saneamiento de la portada, en la que han sido limpiadas todas sus superficies, eliminando restos de suciedad superficial, y microorganismos, líquenes etc. Así mismo, se han reintegrado superficies de piedra deterioradas con importantes pérdidas de volumen, y se han repuesto las columnillas faltantes, realizadas con piedra natural de características similares a la existente, manteniendo las formas, medidas y texturas iguales a las originales.
Respecto a los muros la intervención ha consistido en el sellado y consolidado del encuentro de las paredes con un aislante para impedir las filtraciones de agua por la unión con la roca natural.
En el interior las mejoras han afectado al pavimento, las paredes, las capillas y el ábside así como la iluminación y las ventanas. En este apartado, se ha desmontado el pavimento de baldosas de barro, se ha realizado el saneamiento del suelo ahondando 40 centímetros por medios manuales y con el correspondiente seguimiento arqueológico; además, se ha colocado un tubo poroso desde el coro a la mitad de la nave hasta una arqueta para dar salida a las humedades que se filtraban desde la parte de atrás de la ermita, se ha colocado canto rodado para mejor saneamiento del suelo y se ha compactado con un mallazo de hormigón de cal. Finalmente, se ha colocado el suelo de baldosa de barro y losas de piedra caliza, y se ha limpiado toda la piedra antigua del suelo que no ha sido sustituida.
En las paredes se ha picado el yeso de los paramentos verticales de la parte baja del coro y una antigua puerta lateral, por medios manuales, eliminándolos en su totalidad; posteriormente se han revestido con mortero de cal.
Por lo que respecta a las capillas y al ábside se ha cambiado de ubicación el altar de la Virgen de la Salud, colocándolo en la posición que estaba en el siglo pasado y dejando una mejor uniformidad en las capillas y visibilidad del arcosolio que tapaba dicho altar. Junto a ello, se ha retirado el retablo mayor dejando el ábside visible en su totalidad y se ha colocado la imagen del Cristo que estaba en la capilla lateral en la cabecera del ábside. Igualmente se ha retirado el altar del Cristo y se ha colocado la imagen de San Bartolomé.
Añadir que se ha soterrado la instalación de la iluminación existente y se han colocado focos de luz indirecta a los pies de las columnas de la nave central. Igualmente se han colocado focos para la iluminación de los arcosolios, las capillas laterales y el ábside. Reseñar que en las obras se ha procedido a cerrar la ventana que hay en el coro.
El prelado oxomense diocesano ha destacado tras la recuperación de este espacio para el culto que se trata de una obra "magnínifica" tanto en lo artístico como en lo arquitectónico y ha destacado la necesidad de conservar este tipo de bienes, no solo por lo cultural, sino porque también "son fruto de la fe de nuestros antepasados", de ahí que no se pueden dejar sin cuidado ni sin mantenimiento.
Martínez Varea ha avanzado que ya hay parejas que desean contraer matrimonio en esta iglesia, lo que deja constancia de que "el templo, a nivel de fe, está vivo".
Por otro lado, el obispo ha explicado que el pago de una entrada para acceder a algunos templos sirve para su mantenimiento y conservación y "no para enriquecer el patrimonio de la Diócesis". Porúltimo, Martínez Varea ha significado que ahora este espacio natural cuenta con "dos joyas", que son el propio parque del río Lobos y la ermita templaria de San Bartolomé. Ambos han de ser conservados, según ha afirmado, tal y como también lo ha instado el Papa sobre el respeto a la naturaleza ya que "la Creación es fruto de Dios". De ahí que "cuando trabajamos a través de la fe por el hombre también lo hacemos por Dios".
En el acto también ha habido un recuerdo para Juan Carlos Atienza Ballano, director de Patrimonio de la Diócesis, ya fallecido, y que fue quien inició los primeros pasos para la restauración de la ermita.