En el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación la Interprofesional del Porcino recuerda la importancia de proteger nuestra tierra para que pueda continuar ofreciéndonos alimentos.
La Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC) se une a la iniciativa #2019WDCD (World Day to Combat Desertification), con el que la Organización de las Naciones Unidas celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, y con el que pretende concienciar a la sociedad de las acciones que pueden ayudar a lograr un mundo con una degradación neutra del suelo: velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas, promover la gestión sostenible o rehabilitar las tierras y suelos degradados, entre otras.
Esta iniciativa se enmarca dentro de la actividad de INTERPORC como participante del Pacto Mundial de Naciones Unidas para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este sentido, la Interprofesional lleva a cabo distintas iniciativas para avanzar en varios de los 17 ODS fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Dentro del Objetivo número 15, ‘Vida de Ecosistemas Terrestres’, desde INTERPORC se llevan a cabo numerosas acciones en favor de la protección de las tierras. De hecho, la protección del medio ambiente es una de las acciones que más promueve y que incluye en su Plan Estratégico para la concienciación en esta materia, así como la investigación e innovación enfocadas en la reducción del impacto ambiental y el cuidado del medio ambiente.
El sector porcino de capa blanca aplica el modelo de producción europeo, que conlleva la legislación más exigente del mundo en el cuidado del medio ambiente. Las granjas de porcino españolas están sometidas a unas exigentes condiciones, que permiten minimizar la producción y reducir la carga contaminante, pero además los ganaderos españoles son muy conscientes de que deben aplicar una serie de técnicas encaminadas a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, y contribuir al ahorro de agua y energía en todos los procesos.
En este sentido, en los últimos años, el sector ha conseguido disminuir un 30% el uso de agua por kilo de carne producido y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: hasta un 47% las de amoniaco por kilo de carne producido, y un 54% las de metano procedentes de la gestión de estiércoles.