Cencerros de la Trashumancia en la capital. Oveja que bala, bocado que pierde

Ruidos de cencerros de dos rebaños de ovejas merineras en la capital de Soria. Los pastores, el programa 'Somos Trashumantes' y los perros pastores guiaron al rebaño ovino por las calles céntricas sorianas. En un 'encierro' limpio y a paso ligero, más de 1.000 ovejas recordaron las trashumancias de antaño en la provincia castellana.

Onomatopeyas pastoriles, cánidos atentos para llevarlas por el buen camino y evitar que las ovejas descarriasen y miles de balidos. Estas también estuvieron tiradas por el ritmo ecuestre de los caballos. Entre esos jinetes, una joven aprendiz cerraba la fila.

El rebaño hizo noche en el Cañuelo y pasada el alba, antes de la incursión del verano 2019, ocupó la carretera de Mariano Vicén, como si de una vía pecuaria se tratase. Distintos grupos escolares de la capital observaban con admiración y griterío todo aquello, desconocido para la mayoría de estos millennials. "¡Qué ya vienen!", chillaban los 'peques'.

Las mil ovejas merineras recorrieron el epicentro de Soria, pasando por todo Mariano Vicén y haciendo escala en Mariano Granados, donde otros grupos ciudadanos las esperaban. El rebaño cambiaba de ritmo y se amontonaba cuando el espacio se reducía. Ellas eran el tema de la mañana. Su lana coparía las miles de miradas ahí presentes. Se encauzaron hasta la calle Las Casas de Soria; desde ahí, pusieron rumbo a Tierras Altas, uno de los tiernos orígenes de esta tradición, que recuerda lo que sigue siendo Soria: ganados, campos y pastos.