Seo Fuentecantos
La opinión de Roberto Vega, entrenador de base.
En el pinarcillo raquítico estaban unos científicos y los aficionados. La tarde noche anterior cayó tormenta y se notaba por los charcos; la mañana de domingo era buena, aunque fresca y algunos tuvieron que abrigarse.
Entre el canal y el pinarcillo raquítico colocaron los anilladores la mesa plegable con útiles para pesar, medir, hojas de registro… Las redes japonesas estrictamente permitidas para la investigación ornitológica desvelarían un ecosistema acuático privilegiado a defender, poco más allá.
Las pequeñas aves insectívoras, vulnerables y protegidas siempre, son objeto de estudio, divulgación, admiración y conversación (avefría, ruiseñor, carricero, verdecillo, pardillo, tarabilla, carricerín, herrerillo joven). Sólo pasaban a un segundo plano cuando alguien avistaba en la lejanía azul a las grandes majestades (buitres negros, milanos, alimoches, águilas).
En el pinarcillo raquítico, la encrucijada de caminos y los humedales junto al canal se consultaban las guías de Lars Svensson, Javier Blasco Zumeta, Eduardo de Juana Aranzana con Juan Varela Simó; Roger Peterson, Guy Mountfort y P.A.D. Hollon… Mientras un termo de té de jengibre y unos dulces nos sentaron muy bien justo en el instante en que volteaban las campanas cercanas.