¿Mesetario un insulto? El orgullo de la España interior ya tiene su camiseta

“Españolito que vienes / Al mundo te guarde Dios / Una de las dos Españas /Ha de helarte el corazón” reza una de las estrofas machadianas más reconocibles. Desde entonces el término de las dos Españas ha hecho fortuna y se ha usado en innumerables ocasiones sobre todo en el ámbito político; la España de derecha contra la España de izquierdas, el franquismo contra el frente nacional, los fachas contra los rojos.

Lo cierto es que esas dos Españas existen, pero no son ideológicas, son geográficas y cualquiera que haya vivido en las dos pueda dar fe de ello. La España del mediterráneo y la España de interior. La España rural y la España urbanita. La España en la que no pasa nada y la España en la que se concentran todos los sucesos. Los del frontón y los del iPad, los del torrezno y los del Starbucks, los de la siesta y los trabajadores, los secos y los de la fiesta, los de la verbena y los del concierto, los cosmopolitas y los paletos, los que se hacen fotos con las vacas y los que… En fin que ya sabéis de lo que hablo y además me estoy metiendo en un lio. Estereotipos; tan injustos a veces, tan ciertos casi siempre y tan divertidos en todos los casos.

Es en ese entorno, y en la proliferación de un movimiento castellanista y de orgullo de lo rural en twitter (del que os hablamos aquí) donde surge la historia que nos ocupa. La de un insulto que fue acogido como definición y que se convirtió en prenda de ropa. Se trata de la palabra mesetario cuya definición sencilla sería `perteneciente o relativo a la meseta´. Pero esa palabra se usaba “despectivamente para definir a los que no tenemos mar, especialmente por la gente del Levante y de Andalucía”.

Quien lo narra es Castellano de extrarradio, un twitero de Ávila que responde a la llamada de Soria Noticias desde Zaragoza donde vive “rodeado de soriagozanos”. Él es uno de los principales culpables del movimiento para cambiar la connotación negativa a la palabra mesetario. “Realmente no es nada malo, Castilla es una llanura donde todos somos uno más, allí nadie es más que nadie”.

Con esa idea en la cabeza ha creado una camiseta. Básica, sencilla, “austera, como somos nosotros” con la palabra mesetario (o mesetaria en su versión femenina) y una espiga. “Es como un pequeño homenaje a la espiga de la Caja Rural pero modernizada” señala.

Lo cierto es que al precio de 10 euros ya ha vendido más de 140. El las imprime y las manda por correo. No es un negocio, es una forma de reivindicar y de sentirse conectado con lo suyo. “Cada persona que me la compra me cuenta su historia por twitter, la historia de porque se tuvieron que ir de su tierra” relata, “mucha gente que vive en Barcelona o en Bilbao y que quiere llevarla con orgullo”. A Soria y ha enviado varias, las acompaña de un poema de Jorge Guillén porque en la meseta también tenemos mucho arte.