En la jornada intersemanal, tampoco llegó la primera victoria adnamantina. El dominio de los locales no fue suficiente, pues faltó pegada en los últimos metros. Los tres puntos se hacen de rogar en la casa de Diego Rojas. Edipo, vuelve pronto.
Más vale empatar (0-0) que perder, pero la SD Almazán no carbura y se le resiste la primera victoria de la temporada. La escasa inspiración adnamantina y sus nulas decisiones en los últimos metros dan un punto insuficiente a La Arboleda. El Beroil Bupolsa apenas puso oposición ante un Almazán que ha partido peras con los tres puntos.
El 'virus FIFA' dejó sin Edipo, convocado con la República Dominicana, a la Sociedad Deportiva Almazán para su encuentro intersemanal ante el Beroil Bupolsa. Este miércoles, los de Rojas circularían con un caballo menos en su motor. Más dolores de cabeza para el Almazán: Plaza también se caía del once.
Suaves luces naturales de septiembre. Caía el sol en La Arboleda, se hacía de noche en la Villa del Mueble y la SD Almazán, ansiosa de revivir, no quería hacer más madera del árbol caído. Para subsanar su irregular comienzo liguero, ganar o ganar. Los adnamantinos ya tenían preparada la factura: el Beroil Bupolsa tenía que pagar los platos rotos.
En el inicio, el peso del encuentro lo llevaba el Almazán, que buscaba generar peligro en sus aperturas por los extremos. Pero fue Garcés el que acercó al Beroil Bupolsa al marco defendido por Alberto, que sustituía a Javi Márquez. En el 5', el delantero burgalés, escorado, tentó al guardameta adnamantino, que respondió bloqueando el balón.
Rojas desdibujó el tridente (Edipo, Pablo Sanz y Albitre) por causas mayores e hizo jugar al Almazán con dos puntas: Albitre y Pablo Sanz. Salió más prudente el Almazán, alejado de aquel ímpetu mostrado en el inicio ante el CD Virgen del Camino (1-3).
Intercalándose sus estancias en campo rival, la cuarta jornada en La Arboleda carecía de ofensivas reseñables en el minuto 20. Ambos conjuntos abusaban de un juego demasiado directo. El Almazán demandaba un futbolista capaz de impartir fantasía en la medular.
El viento otoñal dejaba frío al Almazán. Los locales, encasquillados en los metros decisivos, intentaban generar peligro -inofensivos balones a la olla- con más pena que gloria. A Rojas no le gustaba lo que veía y se quedaba afónico, pidiendo más a los suyos, en especial a Santa, desde su zona técnica. Por un momento, solo se lo oía a él.
A lo Eto'o, el único que presionaba como si le fuese la vida en ello era Albitre, muy solo arriba. El Almazán se mostraba lento en el pico del área y no podía finalizar sus mínimas ocasiones. La creatividad adnamantina caía en picado, como en Port Aventura. Y si Santa no estaba lúcido en los contraataques, apaga y vámonos.
Ya de noche, la SD volvía a la carga en la reanudación, para intentar mover el resultado gafas en La Arboleda. Sobre el 50', Íñigo se marcaba una buena jugada por el carril diestro. Entre regates y explosividad, llegó hasta la línea de fondo, pero no pudo conectar bien con Pablo Sanz, que se quedó a dos velas en el primer palo.
Sin demasiada lucidez, el Almazán quería crecer, estirándose y ensanchando el campo. Los últimos metros le venían grandes al cuadro adnamantino, que seguía poco inspirado en la zona de creación. Un medido libre directo de Gonchi sobrevolaba las testas de Anto y compañía en el 69'. Se le acababa el tiempo al Almazán en casa.
Aparcando las rotaciones, Rojas movió el banquillo buscando una frescura inexistente en los primeros 45 minutos. Diego Antón y Plaza, al verde. Corría el minuto 70. Los de la Villa del Muevle, a contrarreloj.
Con el Almazán volcado arriba, la tuvo Cosín en el 83'. Tras una pérdida adnamantina, el '10' no supo definir en el uno contra uno ante Alberto. El dominio acaparador del Almazán no se traducía en el deseado 1-0.
De falta en falta, fue ganando metros el Almazán en la prolongación, pero el gol le había abandonado. La primera victoria se hace de rogar en casa del Almazán, todavía detenido en la casilla de salida.