San Saturio 2024: Programa, horarios y todos los eventos
La opinión de Alejandro Ramos, profesor universitario y secretario NNGG Soria.
Estamos en alerta. En los próximos meses, llega un nuevo temporal que causará inestabilidad sobre la Península Ibérica. Y no me estoy refiriendo a la situación meteorológica, sino al escenario político y económico por el que puede atravesar nuestro país.
Los nubarrones económicos, que empiezan a aparecer, son cada vez más negros y están cada vez más cerca. Y si a esto unimos, la incapacidad de la izquierda para formar Gobierno y evitar elecciones o la proximidad de las sentencias a los líderes independentistas catalanes, la borrasca está garantizada.
La temperatura del mercado laboral está siendo cada vez peor. España ha dejado de crear empleo al mismo ritmo que lo hacía durante los últimos años. Prueba de ello, son los datos que conocimos al término del verano. La tasa de desempleo alcanzó cifras que ya no se daban desde el 2010, y el número de afiliados a la Seguridad Social se vio drásticamente reducido con respecto al año anterior. Por su parte, el consumo también se ha visto bastante perjudicado. De hecho, la matriculación de vehículos nuevos ha disminuido considerablemente durante el primer semestre del año. Y por si esto fuera poco, éste ha sido el segundo verano consecutivo en el que ha caído el número de turistas extranjeros que nos visitan.
Además, dentro de la economía europea y mundial, se está produciendo el estancamiento de Francia y Alemania, la incertidumbre de Italia, la posibilidad de un Brexit duro en Reino Unido y las tensiones arancelarias entre EE.UU. y China. Todo ello hace que pueda volver a llover sobre mojado, y si no se toman las medidas adecuadas, la tormenta será una realidad.