No podemos ni queremos olvidarnos de él: Enrique Pascual. Un artículo redacatado por Alfredo Varona en la Real Federación Española de Atletismo.
"El tiempo pasa y nos hacemos mayores", admite él, que ya tiene 62 años y que está jubilado. Pero sigue entrenando atletas. Es más, da la sensación de que nunca podrá dejar de entrenar.
"Siempre hay que mirar al futuro", replica cuando Alfredo Varona le pregunta qué queda del entrenador que fue campeón olímpico con Fermín Cacho y del mundo con Abel Antón. "Es verdad que llegué a tocar el cielo y que tal vez sea imposible igualar aquello. Pero tengo la costumbre de olvidarme del pasado a las 24 horas".
"Es lógico que se me pregunte y que yo mismo me emocione al recordar, porque es parte de mi historia. Tenía 33 o 34 años y ya llevaba doce de profesión. A los 22 dejé el INEF y empecé a entrenar que fue lo mismo que formarme, porque yo sabía poco de fondo. Había sido saltador de pértiga y llegué a hacer 4,52 entrenando siempre en Vallehermoso".
"Pero, en realidad, no sé qué sentido tiene que recuerde ahora todo esto si aquello ya pasó", interrumpe por sí mismo. "Es parte de mi historia como usted puede tener la suya. Y eso, haya sido más o menos trascendente, ya es inamovible. Ahora, lo que importa es el futuro, el Mundial de Doha, que es mi objetivo, poner los medios para que Dani Mateo lo haga bien en maratón", añade.
Luego, en esta conversación, que gobierna maravillosamente, se pregunta a sí mismo: "Qué es hacerlo bien, en realidad? Y si lo haces bien y la suerte se alía en contra tuya? Por eso hay preguntas que a veces es mejor no hacerse".
Pero el problema es que acostumbramos a hacernos ese tipo de preguntas. Y son preguntas que forman parte de nuestro día y que Enrique Pascual sustituye por la idea que aprendió en sus tiempos de estudiante: "Querer ganar", lo resume ahora.
"Si quieres ganar siempre lo harás mejor que si solo te conformas con hacerlo bien", justifica.
Y, aunque ahora nos parezca imposible que Dani Mateo gane el maratón del Mundial de Doha, Enrique Pascual rebate que "está estupendo para hacerlo muy, muy bien como cuando hizo la mínima en Rotterdam. Entonces le dije "Dani, estás para 2h10m e hizo 2h10m'"".
Y por eso el entrenador irá a Doha. "No sé cómo iré, pero quiero ir porque un maratón es complicado y siento que Dani me va a necesitar y creo que tengo que estar a su lado".
"He dedicado en mi vida tanto tiempo al atletismo...", argumenta después. "Incluso, ahora me pesa todo ese tiempo, porque es tiempo que le he quitado a mi familia y ya no hay vuelta atrás. Pero cuando me destinaron a trabajar a Agreda y el Ayuntamiento me contrató encontré a un alumno de 14 años que, sin apenas entrenar, ganaba siempre: Fermín Cacho. La gente decía que si se saltaba alguna vuelta, pero yo fui verle y pensar 'con este chico podemos llegar a todo', y la realidad me dio la razón. Acabó siendo campeón olímpico de 1.500".
Y allí estuvo Enrique Pascual, el mismo hombre que ahora tiene 62 años y que se enorgullece de sus dos hijos. "El mayor, de 29, es atleta y médico y la chica, de 26, acaba de aprobar las oposiciones de letrada a la Seguridad Social después de estudiar doce y hasta quince horas diarias".
"Y ha sacado las oposiciones, sí. Y ha tenido mérito porque eran muy pocas plazas", argumenta el padre. "Pero también podía no haberlas sacado porque de todos los que se presentaron seguro que había un 10% que también se lo merecía, pero, claro, como no había plazas para todos... Y con esto quiero explicar que esto es como el atletismo, tú te lo mereces pero es muy probable que tus rivales también se lo merezcan y solo puede ganar uno".
Y Enrique Pascual siempre defendió la idea de que "solo vale ganar, porque del que queda segundo se olvidan al día siguiente y no resuelve la vida".
De ahí la necesidad de esforzarse, y de saber esforzarse, como le insiste cada mañana Dani Mateo. Y el entrenador, de 62 años, no solo tira de él en bicicleta en los rodajes. También mete las piernas en el agua fría del río Duero, que ahora está a 18 grados, para recuperar. Porque la recuperación también forma parte del entrenamiento y de la vida como entendió Enrique Pascual desde que empezó a entrenar. Tenía 22 años.
40 años después, seguimos hablando de él.