Con menos recursos humanos que en la anterior campaña y con el estado intermitente de Isabel Chueca, las de Vera, quien transmite "motivación" en un "momento especial", intentarán retener la corona. Se juegan media Liga en las tres primeras jornadas (BM Colores y La Jota).
Temporada a temporada, curso tras curso, el Sénior femenino del Balonmano Ágreda aprende a reinventarse, y en esta ocasión (temporada 2019-20) no sucederá lo contrario. Formar parte de un conjunto que ha alcanzado todo lo que se presumía inalcanzable –Copa de Aragón (2017), fases de ascenso a la División de Honor Plata (2018 y 2019) y la consecución de una Liga– conlleva a riesgos: cada ejercicio puede ser el último para la mejor generación femenina y balonmanística que ha dado la Villa de las Tres Culturas. Viviendo al límite (reducción de personal y pilares fundamentales que estarán 'a medias' con el equipo), Juan Carlos Vera realiza otro ejercicio de fe porque ellas no han perdido el apetito. Las campeonas de Aragón, más limitadas todavía, protegerán su reinado a toda costa para conservar y ampliar su legado.
Vera, técnico por decreto del cuadro celeste, es sincero: "Es verdad que tenemos una plantilla más limitada que otros años. Contamos con menos jugadoras", señala a Soria Noticias. Hay jugadoras que no siguen (Celia, María, Esther y Clara) y "el objetivo de este club era jugar con gente de la cantera (las Juveniles)". El equipo inferior a las Guerreras del Moncayo "ha decidido no seguir jugando" y eso complica la idiosincrasia agredense, "perdiendo un poco nuestra ideología".
Especialmente, la media ausencia que trastoca los planes de Vera es el estado intermitente de Isabel Chueca, eje del ataque celeste. Con Isabel hay "cierta incertidumbre", pero "sabemos que días va a poder estar y que días no". Chueca es tan importante para este Sénior que, si es necesario, se podrían retrasar los horarios de los comienzos de los partidos. El caso de Isabel no es el único, "pues hay jugadoras que pueden encontrar trabajo e irse lejos", lamenta Vera. Por diversos motivos profesionales, Sara Jiménez, Raquel Benito y Laura Jiménez apenas han contando con minutos esta pretemporada. En Liga, que se inicia el próximo 29 de septiembre, ellas le harán dar "un salto" al delimitado BM Ágreda.
"Destacar a alguien por encima del resto nos puede hacer ser un poco más flojas", pero todos los focos apuntan a Paula Cacho, capitana, guardameta y líder, nuevamente, del nuevo plan de Vera. Cacho sigue y el Polideportivo Municipal de Ágreda se lo agradece. Delante de ella estará la defensa, "nuestro punto fuerte". Sin ella, "Paula no pararía lo que para".
Al no subir jugadoras y al perder material humano, "nuestro equipo se queda más justo que otros años". Vera se pregunta si "¿sirve como excusa?": en "un momento especial", la situación deportiva de las Guerreras es incierta. Vera desconoce "en el nivel que podremos estar".
¿Y ahora qué? Esa es la gran pregunta. Algunas jugadoras han cumplido con el ciclo académico y ahora se sumergen en el mercado laboral, dejando de hacer vida en Ágreda y tomando nuevos puestos profesionales en Aragón, por ejemplo: "No podrán entrenar todos los días que quisiéramos", manifiesta Vera.
Reducción de fichas. Al perder a jugadoras "tan implicadas", al BM Ágreda cada vez le resulta "más difícil confeccionar la plantilla". ¿Fichajes? Tarea imposible, ya que "no tenemos un mercado cerca". Se junta el hambre con las ganas de comer. A día de hoy, "tenemos que contar con lo que tenemos", apunta el técnico. Subsistirán como buenamente puedan. No hay más.
Poco a poco, la generación de oro se va agotando por causas naturales y profesionales. Dada la situación, el mejor equipo femenino que ha dado el BM Ágreda ha aguantado mucho en pie. "A esta generación le daba menos tiempo de lo que ha durado. Hace dos años ya pensaba que era complicado aguantar. El año pasado ya pensaba que era muy y muy complicado aguantar. Un año más, sí que se ha complicado más la cosa, pero seguimos aguantado", resume Vera. Se han llevado golpes, las arrancan a tiras, pero ponen la otra mejilla y se resisten a bajar la persiana. Al final, Juan Carlos Vera vive "del día a día" y "con más limitaciones, este año tenemos que luchar siendo realistas".
Entonces, casi a la pata coja, "tenemos que ser conscientes de que somos las actuales campeonas de Liga. Perdemos potencial y equipos de Zaragoza suben su nivel, pero nuestro objetivo tiene que ser alto: estar en los puestos de arriba", decreta. "Primeras, segundas o, incluso, terceras", el baremo que contempla Vera, quien, exprimiéndolas hasta la última gota, seguirá exigiéndoles a las suyas. Vera indica que el objetivo número uno es "intentar defender el título de Liga, mantenerlo". Si ese fin no acaba ocurriendo, "no lo valoraré como un desastre porque nos cuesta mucho mantener el nivel temporada a temporada". Vera ya les transmite esa "motivación", a la que deberán aferrarse para no perder de vista un título que defienden. Todas han de saber que en Ágreda reside el actual campeón de la Primera Nacional de Aragón. En la pasada temporada, a tres vueltas, tan solo perdieron un partido y empataron otro. Números escalofriantes.
Las Guerreras del Moncayo saben que en las tres primeras jornadas se juegan medio título, pues el calendario les enseña los colmillos: BM Colores (29/09) y La Jota (20/10). Entre esos tres conjuntos (BM Ágreda, Colores y La Jota) está el supuesto campeón, teóricamente. Según Vera, "la Liga empieza muy fuerte", y no le falta razón a uno que no cataloga de "imposible" lo de repetir título y fase de ascenso, la que sería su tercera consecutiva: "Somos un equipo parecido al del año pasado. Con más bajas, pero el bloque principal se mantiene", precisa. Sin embargo, "hay que ir día a día" y "siempre con ambición". Los partidos de casa, "la clave" para esta Liga "muy complicada".