Con un tiempo de 4:10.45, Marta Pérez, que entró en undécima posición, se 'cae' de los últimos 1.500 metros lisos femeninos de la cita catarí.
A medida que iban avanzando los metros, la atleta Marta Pérez (4:10.45) fue perdiendo fuelle en la segunda serie de las semifinales de los 1.500 metros lisos femeninos. La mediofonista soriana no tuvo su mejor noche y fue apartada así de la final del Mundial en Doha.
A las 22:12h (hora peninsular), Marta se ponía delante de la parrilla de salida de su primera semifinal de un Mundial al Aire Libre. La soriana se tenía que batir contra la británica Laura Muir, entre otras; su azote en competiciones europeas. La carrera transcurría rápida, a un ritmo mayor que la primera serie, de la que se 'cayó' también la catalana Esther Guerrero. Así, cabía la posibilidad de que Marta accediese a la final por tiempo, no por posición. No ocurrió tal cosa.
Resguardada atrás, Marta retenía fuerzas para abordar un milagro que finalmente no se produjo. En los primeros 400 metros, la atleta soriana hizo un amago de recortar posiciones. Sin embargo, la etíope Tsegay comenzó a 'partir' la prueba, estirando el chicle (Tsegay, Chebet, Simpson o Muir) y relegando a Marta Pérez al segundo pelotón, muy distanciado de la primera línea atlética.
Marta se quedó, ya para siempre, en la cola. Se le esfumaban todas las oportunidades a partir de los 800 metros. No tenía ninguna posibilidad en la recta final. A continuación, en el vagón de la cola, entró la soriana, undécima y con un tiempo de 4:10.45.
En la zona mixta, a Marta Pérez se le quebró la voz durante un instante. Apenada y 'rota' de dolor, reconoció la derrota. "Mis piernas no daban para más. Me ha costado muchísimo", aseguraba ante el micrófono de Televisión Española.
"Llevábamos como 700, ya he visto que me pasaban y no me podía meter en el grupo", alegaba el orgullo de Soria. Fue perdiendo metros.
"No podía...", seguía lamentándose la soriana. "Me da muchísima pena correr así la semifinal de un Mundial, pero la verdad es que no tenía más", manifestaba con aires derrotistas. "Por mi parte, la carrera ha sido malísima. Punto", cerraba. Para ella, "ha sido un año durísimo anímicamente y psicológicamente. Estoy muy contenta de haber estado en este Mundial", reconocía antes de tragar saliva y vencer finalmente a las lágrimas.