Europa y España se rinden ante el futuro de Ángela Díez

Los podios y las medallas se guardan el derecho de admisión. Solo unos pocos entran en el Olimpo. En la casa cántabra de los Díez Severino, donde el patinaje artístico está siempre en la orden del día, fabrican campeones sorianos. Dicha familia se trasladó expresamente a Cantabria para que sus hijos progresasen sobre las ruedas de este deporte. Ahora, la benjamina de los Díez Severino, Ángela, sigue los paseos de su hermano Héctor.

En un corto espacio temporal, a Ángela (25 de mayo de 2006, Soria) le ha dado tiempo a brillar en la Copa de Europa de patinaje, oro, y en el Campeonato de España, plata.

La muchacha de 13 años, que ha aprovechado un puente en Cantabria para regresar a sus orígenes, siente una felicidad máxima: “Estoy muy contenta por los logros de este año”, cuenta a Soria Noticias. Esa euforia se explica a partir de una labor conjunta, gracias a “mis compañeros, a mi profesor de preparación física o a mi familia”, subraya Díez.

Por partes. Ángela Díez no se bajó de lo más alto del cajón durante su estancia en Roana (Italia). La patinadora soriana, en su primera participación europea, fue primera en la prueba corta. Desconocía “el nivel que iba a haber”. Revalidó ese primer puesto en la fase final, que a la postre le supuso un oro. Se estrenó a lo grande en su primera cita internacional. “Si por lo que sea haces mal el corto y te quedas por debajo de la patinadora 22, ya no realizas el largo”, explica Ángela. No ocurrió tal cosa.

Frenetismo. No le dio tiempo a asimilar su primera gran conquista europea. Debía preparar inminentemente el Campeonato de España. “No podía relajarme”. La preparación fue muy seguida. Tuvo que tirar de jalea real para minimizar el cansancio. La soriana narra que ayuda la no coincidencia entre lo más relevante de la temporada en cuanto a patinaje con la época de exámenes.

El néctar de las abejas propició que Díez descartase bajarse del cajón. Bajó un escalón para morder una plata. Fue cuarta en el corto y primera en el largo. Y no, no está conforme: “En el corto, los jueces vieron algo que no les gustó”, se resigna. Esa decisión, en torno a la valoración, acarreó “nervios” en el largo.

Los Díez Severino han llegado a lo más alto, instalando su domicilio deportivo en la cumbre del patinaje artístico. ¿Quién aprende de quién? Ángela lo tiene claro: “Yo aprendo de él. Empecé por mi hermano”. La que está cursando Segundo de la ESO se fija en la sangre de su sangre, “en cómo hace cada cosa”. La profesora “me enseña y me corrige”, pero muchas veces es Héctor el que depura la técnica y los movimientos de Ángela.

En su hogar, el patinaje se encuentra en muchas de las conversaciones. Pero Ángela no descuida lo que depara el presente. Compagina deportes y estudios: “La temporada fuerte de patinaje empieza en el mes de octubre. He de entrenar para el año que viene, aunque me convalidan horas (Educación Física y Música)”, detalla. Se le da bien “memorizar las cosas”, por lo tanto, “no tengo ningún problema”.

En 2020, Ángela pasará a Cadete. Tiene menos tiempo para preparar el nuevo curso, pues este lo ha cerrado tarde, en octubre. Ha de preparar “los triples” ya. Ella no se esconde y piensa en el futuro: “Para ir al Europeo he de estar entre las tres primeras de España. Creo que si lo hago bien, lo conseguiré”, manifiesta la soriana, con una sonrisa de oreja a oreja.