A falta de 10 minutos, las oscenses se metieron en el partido. Perdían de dos y gozaron de posesión. La sangre no llegó al río finalmente: las de la Villa de las Tres Culturas logran su cuarta victoria seguida y siguen gobernando la Primera Nacional Femenina.
Las reinas de la Primera Nacional Femenina siguen validando una monarquía absoluta en la máxima división aragonesa, más parlamentaria que nunca en la temporada 2019-20, a raíz de un triunfo muy reñido (23-21), el que logró el Balonmano Ágreda el pasado fin de semana ante el Lasaosa Huesca. Agónicamente, las de Vera superaron por la mínima a las oscenses para seguir líderes, igualadas (8 puntos) con el Cristo Rey, al que reciben en Ágreda el 24 de noviembre.
Juan Carlos Vera, míster de las Guerreras del Moncayo, valora “un partido muy duro con partes muy diferenciadas” ante el Lasaosa Huesca, que se queda anclado en la cuarta posición de la tabla (4 puntos). El Sénior femenino de la Villa de las Tres Culturas conserva el liderato, empatado con el Cristo Rey; y el BM Colores, Lasaosa Huesca y La Jota se mantienen más distanciados de los colíderes, con cuatro puntos cada uno. Máxima igualdad en una Liga aragonesa que ha subido de nivel.
El BM Ágreda sorteó este sábado un partido trampa. Se mostraron “dubitativas” al inicio del choque. A medida que avanzaban los minutos en el Polideportivo Municipal de Ágreda, las Guerreras se fueron distanciando, 3, 4 y 5 tantos, de las oscenses. Aguantaron esa ventaja hasta el descanso, dejando con un hilo de vida a unas aragonesas muy jóvenes, las cuales “juegan con un ritmo alto en ataque, haciendo transacciones rápidas (ataque-defensa y defensa-ataque)”. Relativamente, “son completas” y versátiles.
Más “dudas” para el BM Ágreda en la segunda mitad; tanto en ataque como en defensa. A falta de diez minutos, las sorianas metieron a las oscenses en el partido: “No llegaron a empatar el encuentro, pero estuvieron a punto de meterse en él”, subraya Vera. Al final, las de Huesca perdían de dos y gozaron de posesión. Vera entiende que “para nosotras, son partidos complicados porque no conocemos nada al rival”. El Lasaosa Huesca, un extraño que las pilló de “improvisto”. En muchas situaciones, se generaron “sorpresas”, ya que el míster soriano persiste en que las oscenses, que sí “conocían” a las locales, eran desconocidas en la Villa de las Tres Culturas.
Las sorianas se presentaban en casa casi al completo, con prácticamente todo su arsenal. Había que empacar y conjuntar un juego, regido, en parte, por las Juveniles celestes en este primer tramo de la campaña. En base a ello, por la conjunción de las de antes, las de siempre y las de ahora, “el equipo estaba muy desajustado”, analiza Vera. Gracias a esos desajustes, “ellas (las oscenses) lograron meterse en el partido, con más corazón que cabeza”.
El parón de dos semanas (26-27 de octubre y 2-3 de noviembre) no les sentó bien a las sorianas, “muy mal”. Este pasado sábado, se denotó que al BM Ágreda le falta “ritmo de competición”. Sin embargo, “nosotras eso lo tenemos que limitar porque no nos puede servir de excusa”, explica Vera, quien se queda “con dos muy buenos puntos, viendo cómo se produjo el partido y viendo cómo el equipo no estivo bien en ningún momento”, denuncia el técnico de las sorianas.
De todas formas, dejando al margen el juego irregular de las agredeñas, en la primera vuelta, las de Vera ya han superado a tres rivales directos en cuatro partidos (BM Colores, La Jota y Lasaosa Huesca). Las sorianas, de victoria en victoria. Están invictas. El míster de las Guerreras del Moncayo puntualiza que “nos queda medirnos al Cristo Rey. El segundo clasificado se ha reforzado este año”. Lo harán dentro de dos semanas. Se la juegan. Por otro lado, se producirán enfrentamientos directos en la zona noble de la clasificación. Eso dirimirá la situación del BM Ágreda, al que le restan dos jornadas para finalizar la primera vuelta de una Liga al mejor de tres.