El día después

Se pueden sacar muchas conclusiones de las generales del domingo, pero quiero hablaros de sensaciones. Primero una satisfacción doble: La PPSO ha obtenido un resultado irrisorio debido a su incapacidad de convencer a la sociedad soriana de que sus caras visibles representaban algo distinto a lo que ya nos demostraron en su etapa en el PP, apuntalando esa idea con su apoyo a este partido en Diputación a cambio de asientos, sin olvidar el intento de timo usurpando siglas y eslóganes; y Ciudadanos se hunde como cómplice del asalto a la institución provincial, el mantenimiento del anciano gobierno de PP en Castilla y León y el reclamo del liderazgo de la derecha.

Siento también una buena dosis de hartazgo. La incapacidad de pacto de la izquierda nos ha llevado a una repetición de elecciones que nos deja igual o peor. Y al hartazgo se suman la indignación y el dolor. Duele pensar que en mi provincia hay más de 6.000 personas que piensan con orgullo que por delante de la persona y sus derechos está el papel que la define como de aquí o de allí, personas que dicen que la violencia no tiene género dando la espalda a las mujeres. Personas que defienden las terapias para curar la homosexualidad con un discurso que roba los mejores años de la vida de muchos y a otros les da argumentos para discriminar y odiar.

A estas personas no hay tomarlas por tontas o ridiculizar sus ideas, tenemos que combatirlas con argumentos. Si no, seguiremos viendo jóvenes orgullos de luchar por el pasado y no por el futuro.