No se muere quien se va, sólo se muere quien se olvida

El día 29 de mayo recibí una llamada de las que cambian la vida. Toda la lucha, todo el esfuerzo y todas las ganas de vivir que mi padre tenía se habían ido.

Es muy fácil decir que el vacío que nos deja la muerte de un padre es gigante. En mi caso, el vacío es total, ya que, además de padre, yo tenía un consejero de actualidad, un amigo, un compañero de tribuna de Los Pajaritos… en definitiva, un referente al que admiraba profundamente.

Desde aquel día, no hemos dejado de recibir el cariño de todos sus amigos, pacientes y compañeros de trabajo. Todos nos han trasladado su apoyo, y en definitiva nos han hecho recordar a mi padre mediante anécdotas, historias y testimonios, que a nosotros nos llenan de orgullo, y hacen que el recuerdo se mantenga intacto.

Uno de los reconocimientos que más ilusión nos ha hecho es el galardón de “Soriano Saludable 2019”, otorgado el pasado lunes 28 de octubre por la Fundación Científica de Caja Rural de Soria, de la mano de Don Carlos Martínez y el Doctor Ruiz Liso. Nos quedamos con las preciosas palabras que nos dedicaron, que sin duda hacen que el recuerdo, aunque muy doloroso, sea muy orgulloso.

Queremos agradecer a toda la Fundación no solo el galardón, sino la colaboración que han tenido con mi padre a lo largo de su vida. Estamos seguros de que la Escuela de la Abuela Madre, que a partir de ahora llevará su nombre, hará que la memoria de mi padre siga viva en el ámbito que más feliz le hacía.

Estamos seguros de que este galardón le habría hecho una ilusión especial, pero no tenemos dudas que compartir méritos con Don Goyo Alonso, persona con una vocación social inigualable, le hubiera hecho feliz. Eran buenos amigos, y se profesaban admiración y respeto.

Aprovechando esta tribuna que Soria Noticias nos brinda, quiero agradecer, de parte de toda la familia, al Colegio Oficial de Médicos el galardón de “Colegiado de Honor” que le entregaron en junio de 2017. Lo recibió personalmente, y fue para él muy emocionante recibir el cariño de todos sus compañeros. Colocó el galardón en un lugar especial del salón de su casa, y ahí seguirá. Queremos agradecer a todo el Colegio, en especial al Dr. José Ramón Huerta, tanto la entrega de ese galardón, como el cariño recibido en los últimos meses.

Si bien es cierto que estos galardones nos llenan de orgullo, también hacen que nos demos cuenta de que nuestro respectivo padre, marido, suegro y abuelo se ha ido. Pero, como reza el título, no se muere quien se va, sólo se muere quien se olvida. Y, gracias a todos los sorianos, mi padre, José Miguel Galparsoro, siempre seguirá con nosotros.