¿Y ahora qué?

Se supone que Pedro Sánchez decidió llamar, de nuevo, a los ciudadanos a las urnas para intentar constituir un Gobierno estable, que le permitiese dormir por las noches. Pues bien, ¡ha dado en el clavo! Si ayer el Parlamento era de difícil gobernabilidad, hoy es prácticamente ingobernable.

En este laberinto en el que nos encontramos, yo me hago una pregunta: ¿ahora sí?

Resulta que ahora, el PSOE ha perdido tres diputados y la mayoría absoluta en el Senado. El PP ha recuperado ahora bastantes votantes y se consolida como el principal partido de la oposición. Ahora VOX pasa a convertirse en la tercera fuerza política, con un importante crecimiento. PODEMOS se ha desinflado y CS ahora se ha hundido estrepitosamente, cobrándose la cabeza de su líder. Por su parte, el independentismo catalán ahora ha salido más reforzado que antes e incluso BILDU, ahora contará con grupo propio en el Congreso. Además, ahora aparecen nuevos partidos con representación parlamentaria, como Teruel Existe.

De verdad que, para este viaje, no hacían falta estas alforjas. Pedro Sánchez tuvo la oportunidad, hace unos meses, de haber gobernado a su izquierda o a su derecha. Pero él solito decidió que lo más sensato era ir a unas segundas elecciones. Ahora, a su izquierda, Frankenstein podría estar formado por Iglesias en el gobierno y los independentistas (y alguno más que pase por allí) como socios aliados. A su derecha, ahora solo podría intentar pactar una abstención con el PP. Y como tercera opción, no descartemos tan rápidamente el volver a echar la papeleta en las urnas para el próximo año.