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Escuadrón de limpieza

Escuadrón de limpieza

Actualizado 25/12/2019 10:20

Sesenta trabajadores forman la plantilla del servicio de limpieza de Soria. Trabajan para Valoriza, empresa adjudicataria de la limpieza, recogida y gestión de residuos de la capital. Gracias a ellos, la ciudad amanece y permanece limpia. Normalmente son los grandes olvidados, pero hoy abandonan el anonimato.

No importa lo que ocurra. Puede el cielo precipitar una nevada de las que hacen historia o vivirse el más multitudinario Viernes de Toros en los alrededores de la ‘Chata’. Soria amanecerá resplandeciente pocas horas después porque al servicio de limpieza, recogida y gestión de residuos de la capital no hay desafío que se le ponga por delante.

Servicio completo

Sesenta personas se encargan de todo lo que esta prestación incluye. Trabajan para Valoriza, la empresa a la que el Ayuntamiento de Soria adjudicó la gestión de este servicio básico. Lo hacen en turnos de mañana, tarde y noche y solo descansan el día de su patrón, San Martín de Porres. Además, cubren muchas más necesidades de las que se pueden sospechar.

Las tareas se reparten y cada uno de los miembros de esta plantilla se especializa en una función. La enumeración es larga y, para simplificarla, se divide en limpieza, recogida y punto limpio. La primera engloba el barrido (manual, con vehículo y mecánico de calles y aceras), el baldeo, la limpieza de pintadas y mobiliario urbano y la limpieza de colegios. Dentro de la recogida se incluyen la que se realiza puerta a puerta (por ejemplo los cartones de los comercios del centro), la de Residuos Sólidos Urbanos (nocturna), la recogida selectiva (envases, vidrio y papel), la de pilas y muebles y la limpieza de contenedores. Además, existen ciertas ocasiones en las que se les exige doblar esfuerzos. Son los Planes Especiales y, aunque el de San Juan es “el más duro”, según explica el jefe de Servicio de Valoriza, Fernando Baena; no es el único.

Recogida de hojas en otoño, nevadas en invierno, desbroces en primavera, San Saturio y Champanadas de Navidad, además de otras verbenas, exigen incrementar horas y efectivos para que Soria no se vea obligada a detener su rutina.

No acaba aquí la función de estos trabajadores que, desde la sombra, están para casi todo pues Baena reconoce la labor de los suyos añadiendo que “cuando ocurre alguna catástrofe también echamos una mano. Si se producen inundaciones, como las del pasado verano, ayudamos a achicar agua. También acudimos si algún incendio se va de las manos”.

Así pues, su presencia en las calles de la capital es más que habitual. La mayoría de los sorianos se cruzará de forma habitual, por no decir diaria, con algún trabajador del servicio de limpieza pero pocas veces se repara en su figura. Son los grandes olvidados de la sociedad pero si ellos se paran, “Soria no tardaría más de unos pocos días en colapsarse”, señala Baena sin dudar un segundo.

Ignacio Herrero, baldeo mecánico

Cada mañana, bien temprano, una fregadora atraviesa las calles sorianas limpiando con agua a presión las manchas que se acumulan. A los mandos está el conductor Ignacio Herrero que se define como “polivalente”. Reconoce que su presencia puede resultar molesta, sobre todo “en los meses de verano cuando el centro está mucho más lleno de personas y vehículos de carga y descarga” pero sonríe y saca pecho cuando confiesa que no son pocas las ocasiones en las que le han parado para “darme las gracias por nuestro trabajo”.

Roberto Sanz, barrido manual

Un carrito va siempre delante de este barrendero soriano. Gracias a él es más fácil transportar la escoba y el recogedor, sus dos armas más letales. Él tiene 46 años y acumula ya 19 en la empresa, es todo un veterano. “Seguramente me jubile aquí aunque no se cuando será”, bromea. Se pone más serio para recordar a los sorianos que todavía se puede mejorar en civismo. “Sabemos que son cuatro gatos pero nosotros vemos todo lo que se queda fuera de las papeleras. Podríamos ser más educados”.

Sergio Corredor, recogida selectiva

A Sergio Corredor lo encontramos hoy dirigiendo el camión encargado de recoger el vidrio pero este conductor “sirve para todo”, cuenta su jefe, Fernando Baena. Su tarea parece medida al milímetro, tiene que saber lo que se hace para levantar un contenedor y que la carga caiga exactamente donde esté previsto. Por ello, suscribe, “nunca voy cronometrando mi ruta, hay que hacer las cosas bien”. Para él lo más importante es que los sorianos tengan confianza en que “realmente se recicla porque los camiones de recogida son distintos dependiendo del residuo”. A cambio de esta confianza, pide un favor: “que no me dejen bolsas colgadas en el contenedor, me fastidia muchísimo y se podría evitar muy fácilmente”.

Josemi Martínez y David Pardo

Para finalizar, la pareja. Martínez y Pardo, donde uno pone los chistes y otro el oído. Ellos son los encargados de la recogida puerta a puerta de cartón en los comercios del centro de la capital. Lo hacen de dos en dos para agilizar el servicio y no entorpecer el tránsito en las zonas peatonales. Martínez asegura que “somos muy educados, vamos muy despacito y con las luces pero alguna vez sí escuchamos rechistar. No pasa nada porque la mayoría de sorianos nos tratan muy bien”. Su peor pesadilla son las barreras arquitectónicas: “obras, cables, ferias, luces de navidad,...”, concluyen.

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