Los trabajadores de la prisión se concentran para alertar de las deficiencias y falta de personal
Los empleados públicos de la prisión de Soria se han concentrado esta mañana ante la cárcel, convocados por CSIF y ACAIP-UGT, para denunciar la situación de la prisión.
La concentración se ha celebrado de 11:30 a 12:00, y se ha leído este manifiesto:
“POR LA SEGURIDAD DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DEL CENTRO PENITENCIARIO DE SORIA”
Los sindicatos CSIF y ACAIP-UGT hemos convocado esta concentración ante la entrada principal del centro penitenciario de Soria, hoy día 17 de diciembre de 2019 de 11:30 a 12:00 horas, para exigir al director del Centro, a la Secretaría General de IIPP y a los políticos sorianos que la situación actual del centro penitenciario es insostenible.
Para los sindicatos, la situación del centro en materia de personal funcionario y laboral es insostenible, toda vez que siguen sin cubrirse (tras el concurso de traslados y el movimiento de los funcionarios en prácticas del 2016 y 2017) un total de 15 plazas en vigilancia interior y cinco o seis en oficinas de funcionarios, más tres plazas de personal laboral. Situación que se va a hacer más difícil en breve tiempo (mes de enero de 2020), cuando siete plazas de funcionarios de interior se pierdan por pases a 2ª actividad, jubilaciones, maternidad y pase a oficinas.
A lo que hay que añadir la vacante en la plaza de jefe de los servicios médicos, que esperamos se pueda cubrir en interinidad en breve espacio de tiempo, si realmente se solicita. Esta falta de personal supone que los funcionarios penitenciarios de Soria no puedan disfrutar de los días de vacaciones y permisos, así como conciliar la vida familiar.
Pero esta falta de personal se ha agravado, desde primeros del mes de noviembre, ya que no hay un funcionario para atender la puerta de acceso al centro penitenciario durante las 24 horas del día.
Según el Reglamento Penitenciario (RD 190/1996), en el capítulo VIII se establece que la seguridad exterior corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o, en su caso, a los cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas; y la seguridad interior corresponde a los funcionarios de los Cuerpos Penitenciarios. La puerta de acceso a la prisión debe ser custodia por un guardia civil o, en su caso, por la seguridad privada, como ocurre en Soria desde hace varios años. Pero luego, tiene que ser un funcionario de prisiones el que asuma las funciones de atención y de control a las personas que accedan.
Tampoco las instalaciones del centro actual reúnen las condiciones de habitabilidad adecuadas, con apagones eléctricos o incumplimientos en materia de Prevención de Riesgos Laborales. Deficiencias que fueron reconocidas por la entonces subdelegada del Gobierno, Yolanda de Gregorio, en el acto de la fiesta de La Merced de 2017, al afirmar que “no presenta las mejores condiciones”. Asimismo, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, en su visita realizada al nuevo centro de Las Casas en 2019, y tras la caída del techo de uno de los servicios del centro actual unos días antes, concluyó que “es una prueba más de la necesidad de abrir el nuevo centro penitenciario cuanto antes”. Pero hasta que se abra, ¿qué piensan hacer?
Las distintas reuniones con nuestros representantes políticos, durante la campaña electoral, y las reuniones con la Subdelegación del Gobierno en Soria no han dado resultado. Por todo ello, los empleados públicos del centro penitenciario de Soria no podemos garantizar nuestra seguridad ni la de los internos.
En Soria, a 17 de diciembre de 2019