El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha anulado el programa de caza del lobo 2016/2019, declarando ilegal la muerte de 173 lobos en Castilla y León durante ese periodo. Se trata de una sentencia histórica, según el grupo ecologista ASDEN, ya que, además de evidenciar que una especie protegida como el lobo no puede ser cinegética ni ser matada injustificadamente, contempla la condena a la Junta de Castilla y León a compensar la muerte (en la medida de lo posible) de los 173 ejemplares, lo que supone un importe de 1.602.153 € (9.261 € por cada lobo matado), mediante la presentación de un programa que, como mínimo, deberá comprender las actuaciones necesarias para la recuperación del lobo ibérico, su conservación y para la divulgación de la importancia de la especie, dinero que saldrá del bolsillo del contribuyente y no de los que ignoraron la protección europea y nacional del lobo, explica y denuncia CSIF.
Asden-Ecologistas en Acción Soria quiere trasladar "nuestra más sincera enhorabuena a ASCEL (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo) como promotora del litigio, desde Junio de 2017, y aprovechamos la ocasión para adherirnos públicamente a favor de la campaña de inclusión del lobo dentro del Catálogo Español de especies amenazadas (RD 139/2011), en la categoría de “vulnerable” en todo el territorio español, campaña que esta ONG promueve actualmente (https://loboiberico.com/apoya-catalogacion-lobo-espana/)."
ASDEN destaca la importancia biológica del lobo, dentro de la amplia gama de ecosistemas que caracteriza la península como depredador apical y especie clave, controlador de la densidad de herbívoros silvestres de los que se alimenta (como ciervos, corzos, jabalíes, conejos o topillos); seleccionador natural de presas enfermas o débiles, disminuyendo la incidencia de enfermedades como la sarna o la tuberculosis, además de controlar las poblaciones de medianos carnívoros por competencia. Para ASDEN, el lobo se sitúa como el mejor aliado de la ganadería y agricultura sostenible del siglo XXI, posicionándose en contra de su caza por razones éticas, legales o ecológicas:
– Éticas: el control letal no es solución viable para una sociedad desarrollada como la actual donde el maltrato animal es claramente rechazado por gran parte de la población.
– Legales: se trata de una especie protegida a nivel europeo por el Convenio de Berna (Decisión del consejo 82/72/CEE, de 3 de diciembre), incluida dentro del Anexo II como especie de fauna estrictamente protegida.
– Etológicas: el lobo, como animal social y depredador apical, posee estrategias intrínsecas de autorregulación de sus poblaciones (territorialidad y dispersión) siendo, por ello, innecesaria la eliminación de ejemplares, ya que esto genera ruptura de grupos que, sin ese amparo social, se ven potencialmente más obligados a atacar sobre ganado desprotegido.
– Ecológicas: por tratarse de una especie generadora de biodiversidad y clave en las dinámicas ecológicas de los ecosistemas.
En la actualidad, y de acuerdo a los datos disponibles, en Castilla y León hay unas 170 manadas, número similar al de los últimos 30 años, y de las cuales ninguna de ellas está instaurada en territorio de la provincia de Soria, donde sí había cuatro manadas estables hace apenas cuatro años.
Por ello, ASDEN considera que la expansión del lobo no es tal, y que múltiples experiencias demuestran que la coexistencia entre el depredador y la ganadería extensiva es totalmente alcanzable con medidas preventivas como los mastines, el pastoreo o mantener el ganado cerrado durante las noches.
El grupo ecologista soriano alude al "juicio histórico" que se celebró el pasado 9 de enero en Ávila, por el cual el Juzgado de lo Penal trató de determinar si dos personas mataron un lobo en una montería celebrada en el coto de caza de Valdeciervos, en la localidad de Tornadizos (Ávila), el 29 de noviembre de 2015; lugar situado al sur del río
Duero, "frontera natural a partir de la cual el lobo disfruta de una total protección".
ASDEN solicita que la Junta de Castilla y León y la ciudadanía apoye la catalogación nacional del lobo y, siguiendo las recomendaciones legales de la sentencia reciente, apruebe un plan de conservación y recuperación efectivo de la especie, renunciando al control poblacional de lobos (a todas luces ineficaz e ilegal), al ser al mejor garantía de conservación de la especie y promoción de su coexistencia con actividades e intereses sectoriales.