Memoria y dignidad

Todos los españoles hemos sido testigos de un espectáculo indecente y lamentable, una verdadera demostración de desvergüenza política y personal. No se puede permitir que, en sede parlamentaria, se desprecie la gobernabilidad de todo un país, se desacredite a las máximas autoridades del Estado y se ofenda a las víctimas del terrorismo. Y todo ello, con el silencio cómplice de la bancada socialista.

Durante estos días, también se ha puesto de manifiesto, cómo los partidos pequeños, con una representación mínima en el Congreso, han llegado a convertirse en el foco de interés de los grandes, cuando de lo que se trata, es de sumar votos para alcanzar un objetivo. Me refiero, por ejemplo, a Coalición Canaria, al Partido Regionalista Cántabro o Teruel Existe.

En relación con esta última formación, y al más puro estilo de los amantes de Teruel, Sánchez y Guitarte, se dieron el sí quiero a cambio de una serie de acuerdos para revertir la situación de la España Vaciada. Con el avance de la legislatura (si es que avanza), iremos comprobando si de verdad hay un compromiso firme, por ambas partes, para luchar contra la despoblación o simplemente, buscan alcanzar intereses personales.

Considero que es importante condenar cualquier tipo de presión política que se convierta en descalificación personal. No comparto que se alienten amenazas que tengan un carácter intimidatorio, vengan desde donde vengan. Es decir, hay que denunciar, tanto las pintadas desafiantes en el pueblo del diputado turolense como, por ejemplo, el “escrache” que sufrieron, hace unos meses, algunos miembros del PP durante la constitución del la Diputación.