Pin – Pan – Pun

El Gobierno de Sánchez, se ha estrenado con más goteras que nuestro Polideportivo de San Andrés. En los últimos días, hemos presenciado el nombramiento de una Fiscal General cuya independencia brilla por su ausencia. Se ha anunciado una reforma encubierta del Código Penal con la única finalidad de contentar a sus socios golpistas. También se ha debilitado el control parlamentario de la oposición, al celebrarse los Consejos de Ministros los martes. Se anuncian continuamente subidas confiscatorias de impuestos, que acabarán recayendo sobre la clase media y las pymes. Se pretenden imponer reglas ortográficas y gramaticales para conseguir una supuesta igualdad, mientras que, por otro lado, existe una flagrante discriminación hacia el hombre, por parte de alguna miembra del Gobierno. Estas son señales de alerta, que nos indican del riesgo político, democrático y constitucional al que nos enfrentamos con este experimento de coalición pseudoprogresista.

En lugar de trabajar para que los organismos internacionales no sometan a España a la mayor rebaja de crecimiento de los países desarrollados, éste Gobierno bicéfalo lo que hace es lanzar cortinas de humo. En esta ocasión, le ha tocado a la educación, a través del famoso pin parental.

El problema no está en Murcia. El verdadero conflicto está en Cataluña, donde muchas familias destinan gran parte de su dinero a la educación de sus hijos en escuelas privadas, como consecuencia del adoctrinamiento independentista. La solución pasaría por un Pacto de Estado, que permita dejar al margen la ideología del gobierno de turno, en un tema tan importante, como es la educación.