Hoy se sienta en el rincón de Soria Noticias Natalia Ceña Tutor, nacida el 21/02/1978 en Soria, estudió ingeniería técnica de telecomunicaciones y, actualmente, trabaja como profesora en un centro educativo de la capital.
P: ¿Qué es lo último que hace antes de acostarse?
R: Acuesto a los niños. Aprovecho para contarnos lo mejor y lo peor del día, le cuento un cuento al pequeño y cuando ya están dormidos leo yo un poquito.
P: Cuando tiene una tarde libre, ¿a qué le gusta dedicarla?
R: Si tengo la tarde libre quedo con mis amigas. Si solo tengo una hora aprovecho para salir a correr. Siempre llevo unas zapatillas en el coche porque me ayuda a desconectar, es el momento para mí.
P: ¿Libro o película?
R: Película. ¿Me dejas ampliar las posibilidades? Entonces elijo concierto.
P: Recomiéndeme uno. ¿Por qué?
R: Cualquiera. El último al que fui era el de la Banda de Soria pero, por ejemplo, también he estado en el concierto de despedida de Rosendo en Madrid. Ahora escucho mucho a Rozalen, me pongo sin parar la canción ‘Belleza’ que canta ella pero escribió Luis Eduardo Aute.
P: ¿Qué música pone cuando se ducha? ¿Canta?
R: No. Me ducho por las mañanas y organizo el día con la ayuda del agua caliente.
P: ¿Cuál es su palabra favorita?
R: Mamá. Me encanta como mis hijos lo dicen. Significa seguridad, amor incondicional, significa todo.
P: Animales. ¿Le gustan?
R: Bueeeeeeeeeeno. No me apasionan. No me pararía a acariciar el perro de otro. Yo tengo perro pero fue una estrategia para que mis hijos mayores superaran el pánico a estos animales. Ya sabes, terapia de choque.
P: ¿Cómo era en el colegio?
R: Era la niña de la última fila. Siempre fui muy habladora y muy revoltosa pero también muy buena estudiante.
P: ¿Recuerda algún profesor?¿Por qué?
R: Recuerdo a Marisé del Castilla, profesora de Matemáticas que me encantaba. También tengo un buen recuerdo de Pedro, de Filosofía, me hacía pensar mucho.
P: Un poco más mayor, ¿era muy fiestero?
R: Siempre me ha gustado salir. Tenía tiempo para todo porque me acostaba a las 5, cuando llegaba de fiesta, y me levantaba a las 8 para estudiar. Eso sí, nunca he tenido tiempo para ver la televisión y estar en el sofá (ríe).
P: ¿Quiénes o quién han influido más en su forma de ser?
R: Mis padres, claro. De ellos aprendí la actitud positiva ante la vida. Me enseñaron a sonreír y a tener fuerza y coraje.
P: Y, ¿qué no le enseñó nadie y tuvo que aprender a base de palos?.
R: Que los enfrentamientos directos no sirven para nada. Hay que hablar mucho y escuchar más. Pero también hay que ser honesto con los demás y con uno mismo, decir lo que piensas con educación evita muchos conflictos.
P: ¿Cuál es el mayor éxito que ha conseguido en su vida?
R: Haber elegido esta profesión. Yo trabajé en la empresa privada y ahora mismo me considero una privilegiada. Me apasiona lo que hago y tengo la inmensa fortuna de trabajar con gente joven. La mayoría de los jóvenes son felices y eso se contagia.
P: Díganos algo que no soporte.
R: La chulería y la soberbia.
P: En qué rincón de la provincia le gusta perderse. ¿Por qué?
R: Pinares. Hay veces que necesito llenarme los ojos de pinos.
P: ¿Cuál es su momento del año favorito?
R: Las fiestas de San Juan.