Los diabéticos se hacen ver

La renovada Asociación de Diabéticos de Soria tiene mucho trabajo por delante. Así lo reconocen el nuevo presidente, Ángel García, y los miembros de la Junta Directiva Ana Ramírez y Marcos Lafuente. La asociación la integran unos 130 socios, pero se considera que el número de diábeticos en Soria puede sumar tres o cuatro mil. “Las estimaciones son que el 13,5% de la población sufre esta enfermedad, que acompaña toda la vida, desde que se diagnostica, y que conlleva un tratamiento exigente e intensivo, pero que no impide llevar una vida completamente normal”, señala Ángel García.

Precisamente, uno de los objetivos de la Asociación de Diabéticos de Soria es visualizar esta enfermedad en la sociedad soriana e informar adecuada y suficientemente, puesto que el asesoramiento, los consejos, el cambio de experiencias, “la información en su sentido más amplio, resulta fundamental, tanto para los diábeticos como para la población en general”.

Y otro de los objetivos es la formación. El servicio Sanidad de Castilla y León -Sacyl- tiene un programa para preparar pacientes diabéticos activos, que luego puedan ofrecer charlas y apoyo a otros enfermos. “En Soria, esta iniciativa funciona muy bien”, ha señalado Ana Ramírez, que explica que la información, los consejos y la experiencia que ofrece un diábetico a otro es “una aportación muy valorada, que anima mucho”.

Aceptar la enfermedad

Un primer paso es aceptar la enfermedad, “tanto si te la diagnostican a ti, como si eres padre de un niño diabético. A los padres, en un primer momento, parece que se les cae el cielo encima”, apunta Marcos Lafuente.

“Pero si aceptas la enfermedad puedes hacer una vida normal”, asegura, teniendo en cuenta, eso sí, tres aspectos: hacer ejercicio físico, cuidar la alimentación y llevar la medicación adecuada. Recuerda que hay deportistas profesionales, por ejemplo futbolistas, que son diabéticos.

Asimismo, Ana Ramírez señala que el apoyo en la familia y en el entorno también es importante. No hay que esconder esta enfermedad, al contrario, es bueno que quienes rodean al diabético sepan de su enfermedad.

Además, los avances médicos y técnicos hacen mucho más cómoda la vida al paciente, que tiene que estar pendiente permanentemente del control de su nivel de azúcar.

La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia. La insulina es una hormona, cuya principal función es el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre.

Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria. En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia), ya que no se distribuye de la forma adecuada.

Los dos tipos de diabetes más comunes son las llamadas Tipo 1, que puede darse en niños, adolescentes o adultos; y la Tipo 2, que su incidencia aumenta en personas adultas y mayores, y que no muestra síntomas visibles, lo que la hace más peligrosa y más difícil de detectar. Su tratamiento no requiere inyectar insulina, y se controla con pastillas.

La Asociación de Diabéticos Sorianos anima a los enfermos o familiares a que se pongan en contacto con este colectivo, a través del teléfono 680 481 703, o del correo [email protected], para solicitar cualquier información o asociarse.

Para el presidente Ángel García, “la participación activa de los socios será fundamental en el futuro de la asociación”.

Información y ayuda

Organizar talleres prácticos, conferencias y charlas, y ayudar más a los enfermos y sus familiares, serán las acciones de la Asociación, así como incrementar la relación y colaboración con otras asociaciones de diabéticos, a traves de la federación de Castilla y León o de España.

En cuanto a las reivindicaciones de los diabéticos sorianos, y aunque son muchas, según los responsables de la Asociación, una prioritaria es la necesidad de que se subvencionen los sensores de la medición de azúcar a todos los enfermos, ya que ahora solo se hace a unos pocos. Los sensores suponen un gasto anual de unos 1.500 euros, es decir, unos 60 euros cada 14 días, que es el tiempo útil de cada sensor.

La sexistencia de personal sanitario especializado para los centros educativos es otra de las peticiones, una exigencia que también reclaman los propios docentes, para que se atiendan adecuadamente las necesidades sanitarias de los alumnos, tanto en esta cuestión como en otras.

* Este reportaje se realizó en marzo de 2020, antes de la crisis del covid 19.