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Desescala también del tabaco

Desescala también del tabaco

Actualizado 30/05/2020 18:42

RedENT lanza una guía de desescalada del tabaco para tratar de contrarrestar su consumo en el hogar durante la pandemia. Bajo el lema “Un día más, una calada menos”, esta guía se estructura en fases (de la 0 a la 4), cada una con objetivos y recomendaciones específicas. El objetivo de esta plataforma es contribuir a salvar cerca de 200.000 vidas desde ahora hasta 2025.

El consumo de tabaco es uno de los factores más importantes que influyen en la aparición de enfermedades y en el aumento de mortalidad en todo el mundo, siendo una de las principales causas del desarrollo de enfermedades no transmisibles (ENT), como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer o las enfermedades respiratorias crónicas, entre otras.

Partiendo de esta realidad, RedENT, una plataforma de colaboración integrada por seis entidades de referencia en el ámbito de la salud, manifiesta su preocupación por los cambios de hábitos de consumo de tabaco debido al confinamiento.

El confinamiento, asociado a los estados de alarma, y el teletrabajo han provocado que el hogar se haya convertido en el principal espacio de consumo de tabaco.

Para tratar de revertir esta situación, expertos de RedENT han elaborado una guía de “Fases de desescalada del tabaco”.

El momento de la desescalada…también del tabaquismo

Bajo la premisa “Un día más, una calada menos”, y aprovechando el proceso que se está siguiendo en España de desescalada, esta guía anima a los fumadores a implementar también una deshabituación tabáquica por fases, aportando orientaciones específicas y herramientas de autoevaluación para determinar en qué momento se encuentra su adicción y prepararles para dar el salto a la siguiente fase. A semejanza del plan nacional de desescalada, la guía contempla un total de 5 fases (de la 0 a la 4):

En la fase 0 se insiste, sobre todo, en la vinculación que el consumo de tabaco o el vapeo puede tener con la COVID-19, recalcando que el tabaco y otros derivados suponen un aumento del riesgo de transmisión del coronavirus, que los fumadores son más vulnerables a la COVID-19 y que el riesgo de necesitar ventilación mecánica o una cama de UCI debido al COVID-19 es dos veces mayor que los no fumadores.

Además, asumiendo que muchos fumadores no quieran cambiar su hábito, les proponen que, al menos, sigan una serie de precauciones básicas de tipo higiénico y medidas de prevención para evitar contagios..

En la fase 1 se invita al fumador a reducir su espacio de consumo, limitándolo a una sola habitación y siempre sin la presencia de otras personas.

En la fase 2 se aborda el objetivo fundamental de reducir el consumo, no sin admitir que el tabaco puede ser una herramienta de gestión emocional. Identificar el consumo que se está haciendo, retrasar el primer cigarrillo del día, no apurar al máximo cada cigarro o hacer un listado de los beneficios de abandonar este hábito son medidas sencillas que pueden ayudar a rebajar el consumo de tabaco o sus derivados.

La fase 3 afronta directamente el paso definitivo de dejar de fumar. Conocer solo algunos de los beneficios para la salud que ofrece esta decisión es una buena base para consolidar la decisión. Junto a ello, la guía señala tanto recursos web, como guías y teléfonos de ayuda con atención especializada para facilitar la deshabituación.

La fase 4 es también la fase de la nueva normalidad y, sobre todo, la que acomete un doble reto: afianzar la decisión de dejar el tabaco y evitar la recaída. En este sentido, los expertos de RedENT recuerdan que existen actualmente tratamientos eficaces para dejar de fumar basados en el apoyo de profesionales sanitarios y en algunos casos el uso de tratamiento farmacológicos, así como hay numerosos recursos terapéuticos disponibles a través de App y líneas telefónicas.

Frente común

Los principales responsables de las entidades que por ahora conforman la iniciativa advierten del enorme impacto negativo que conlleva el aumento de la exposición al humo ambiental de tabaco y derivados (especialmente para mayores y niños), suponiendo también un riesgo especial frente a la COVID-19.

La Asociación Española Contra el Cáncer, como destaca Sebastián del Busto, responsable de Prevención y Promoción de la Salud de la AECC, "dedica grandes esfuerzos desde hace muchos años a luchar contra el tabaquismo. No hay que bajar la guardia ante los efectos del humo del tabaco en nuestro entorno próximo en el que pueda haber personas cerca (especialmente niños, adolescentes y mayores).

En esta misma línea, el Dr. Francisco Camarelles, portavoz de la semFYC en RedENT, apunta que “estamos en un buen momento para dejar de fumar. El tabaquismo empeora el pronóstico de los pacientes que desarrollan la COVID-19. Los médicos de familia seguimos ayudando a nuestros pacientes a dejar de fumar”

También las enfermeras familiares y comunitarias consideran que este momento puede ser muy adecuado para abandonar el tabaquismo Desde la FAECAP, Francisco Javier Carrasco Rodríguez recuerda que “la situación de distanciamiento social nos ayuda a no compartir momentos alrededor del cigarro y, hay que priorizar la protección de nuestra salud y la de los más pequeños, las consultas telemáticas de enfermería en AP están abiertas para apoyar al fumador en cualquier fase”.

Por su parte, el Dr. Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón, recuerda que “los fumadores tienen tres veces más riesgo de padecer estas patologías, pero si uno decide dejarlo, como animamos a hacer en esta guía, al año verá su riesgo de infarto reducido a la mitad y a los quince años tendrá el mismo riesgo de ictus que aquél que nunca ha fumado”.

Para el presidente de la SED, el Dr. Antonio Pérez, no cabe duda que “aunque fumar es malo para todos, el prejuicio es incluso mayor para las personas con diabetes. El consumo de tabaco en diabéticos se asocia a peor control glucémico y aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Las persones con diabetes que fuman tienen el doble de probabilidades de muerte prematura que las que fuman sin tener la diabetes”.

Por su parte, Juan Jesús Hernández, médico del Plan de Salud de Cruz Roja recuerda “las ventajas para la salud de dejar de fumar lo antes posible: mejora de calidad de vida, la respiración, reduce el riesgo de muerte prematura y puede aumentar hasta una década la esperanza de vida. Cruz Roja dispone del Servicio Multicanal SobreDrogas, un recurso digital anónimo y gratuito para quienes quieran informarse sobre los efectos y los riesgos del consumo de sustancias.

Las Enfermedades No Transmisibles (ENT) -patologías cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedad respiratoria crónica, entre otras-, suponen más del 70% de las muertes anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), matando cada dos segundos de manera prematura a una persona con una edad comprendida entre los 30 y los 70 años. En España, 9 de cada 10 personas mueren por una ENT.

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