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El estado de alarma se acaba. Así te espera tu pueblo

El estado de alarma se acaba. Así te espera tu pueblo

Actualizado 19/06/2020 19:21

Volver a casa. Así se traduce para muchos sorianos en la diáspora la conclusión de las restricciones de movimientos. Pero la casa lleva más de tres meses vacía. Regresar a la España Vaciada es como un viaje en el tiempo que nos reencuentra con nuestra esencia.

El verano en Soria es otra cosa y este año la estación comienza exactamente el día 21 de junio. No tiene nada que ver con el calendario astrológico, tiene todo que ver con la promesa del presidente del Gobierno de la última prórroga del estado de alarma será la última y que (según lo publicado en el BOE) a las 00:00 horas de este día concluye esta situación excepcional.

Será entonces cuando se pondrá fin a todas las restricciones de movimiento y desde ese instante comenzará un verdadero éxodo, esta vez en sentido inverso y protagonizado por aquellos que llevan más de tres meses apartados de sus raíces, alejados a la fuerza de familia y amigos. Las razones son variadas pero lo importante es que a partir del domingo serán muchas las casas que vuelvan a llenarse de vida a lo largo y ancho de la provincia.

Se sabe, por las cifras del INE, que hay más sorianos viviendo fuera que dentro de la provincia y esta es una de las razones para que estos pueblos vean multiplicada su población durante los meses estivales. Durante los próximos días los pueblos grandes notarán un incremento de población pero la situación será revolucionaria en los pequeños. Lo sabemos porque lo hemos vivido. Acompañamos a un lector de Soria Noticias que, con la autorización correspondiente, pudo volver 'a casa' con siete días de antelación.

Abrir la puerta, una victoria

Un viaje de cientos de kilómetros acaba en la puerta de una vivienda. Esta se ubica en una localidad de la comarca de El Burgo de Osma, un pueblo pequeñito con menos de 10 habitantes censados. El corazón se acelera y la emoción provoca que las manos suden ligeramente. Estas buscan unas llaves que después de 91 días parecen completamente extrañas. No lo son, encajan a la perfección con una cerradura que llevaba tiempo esperando.

Abrir la puerta es más que una victoria, es el regreso al hogar. Huele a cerrado pero no es una sensación desagradable, es eléctrica, un estímulo que ayuda a comprender el verdadero significado de la palabra distancia. Se intuyen las telarañas pero lo que hasta ahora era una rutina que ayuda a invertir horas del día, la limpieza, en este instante resurge como una aventura.

El cuerpo nos dirige estancia por estancia. Se levantan las persianas y entra de nuevo la luz; también en nuestro pecho. Las piernas nos llevan al patio y las malas hierbas que crecen salvajes nos recuerdan que alguien nos robó la primavera pero solo a los humanos. Ya habrá tiempo de imponer de nuevo el orden, quizá todavía podamos ver crecer algunos tomates en el huerto; ahora toca otra cosa.

Durante tres meses largos ha costado respirar profundamente. Hoy inspiramos y al soltar el aire todos nuestros músculos se relajan. Cogemos el móvil y llamamos a la familia. No es necesaria la videollamada porque deseamos comunicarnos sin pantallas de por medio. Hasta chocar el codo suena prometedor.

Soria, hemos vuelto. Gracias por mantener siempre la puerta abierta.

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