El objetivo del documento es desarrollar medidas preventivas para proteger el patrimonio cultural del convento cisterciense frente a catástrofes, recogiendo los riesgos potenciales y estableciendo los procedimientos adecuados para minimizar riesgos o daños.
Tras las inundaciones sufridas en Santa María de Huerta por las lluvias, el 9 de septiembre de 2018, la Junta de Castilla y León aprobó una serie de subvenciones a la Cisterciense Orden Abadía Santa María de Huerta, por un importe de más de un millón de euros, para obras de restitución y reparación del monasterio, declarado Monumento y Bien de Interés Cultural, cuyas dependencias sufrieron graves daños por el aguacero, así como para su reacondicionamiento y puesta en valor.
Entre las acciones propuestas se planteó la elaboración y puesta en marcha de un plan de emergencia para evitar futuros riesgos, a través de la Unidad de Gestión de Riesgos y Emergencias de Castilla y León (UGRECyL), un plan dirigido a la protección y salvaguarda del edificio y de los bienes culturales depositados en él.
El monasterio alberga un destacado número de bienes muebles, siendo la colección de mayor importancia la formada por el Ajuar Funerario de Don Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, enterrado en el Monasterio. Jiménez de Rada ayudó al cenobio y estaba íntimamente ligado a él, al que donó su biblioteca, posteriormente perdida por un incendio.
En la Delegación Territorial de la Junta han explicado que en una pequeña población de las características de Santa María de Huerta, “es más que evidente que, en caso de acontecer un evento catastrófico, la situación da lugar a un verdadero desastre, siendo elevado el riesgo de producir daños en los distintos elementos patrimoniales, pudiendo conllevar incluso la desaparición de los mismos”.
Así mismo han indcado que es preciso tomar en consideración que “ni la institución ni la población cuentan con los medios y recursos de una ciudad”. Por ello, se hace necesario articular un engranaje que si bien no excluye la posibilidad de que ocurra algo – el riesgo cero no existe -, permita minimizar los riesgos y facilitar la acción de los intervinientes para una pronta y eficaz actuación.
Objetivos del Plan
El principal objetivo del ‘Plan de protección y salvaguarda del Monasterio Cisterciense de Santa Maria de Huerta’ es desarrollar medidas preventivas para proteger el patrimonio cultural del Monasterio -inmueble y bienes muebles- frente a la acción y consecuencias de una catástrofe, ya sea de origen natural o antrópico.
El documento diseña un protocolo de emergencia completo, contemplando su actualización constante, adaptado a las necesidades y circunstancias y poniendo el foco en las amenazas más relevantes para personas, estructuras y colecciones.
Se trata de un Plan de emergencia “funcional y coherente”, que recoge todos los riesgos potenciales y establece procedimientos adecuados para minimizar riesgos o daños para agilizar las respuestas adecuadas.
Metodología y resultados del Plan
Para el desarrollo del Plan se ha partido del examen del entorno, del inmueble y de la colección, vinculándolo al análisis de los riesgos. Una parte importante del estudio recae en la catalogación de los bienes para clasificar su prioridad – en función a su valor histórico-artístico, devoción, etc.-, estableciendo la preeminencia en el proceso de evacuación. Se han identificado la ubicación y las posibilidades de rescate – rutas de entrada y salida, dificultades, zonas seguras, etc.- de cada uno de ellos, elaborando una ficha con toda la información para su pronta y efectiva evacuación. Así mismo, se ha establecido la protección in situ de aquellos bienes que no pueden ser evacuados.
Toda la información se estructura en cuatro bloques, en los que se recogen los resultados del análisis y la propuesta de medidas correctoras de las deficiencias observadas, que van desde las más sencillas a las más complejas, como realizar unas recomendaciones básicas encaminadas a la revisión, orden y mantenimiento de depósitos, o la precauciones que deben contemplarse durante las reformas y obras de restauración y mantenimiento.
La mayor parte de los planes que se realizan solo contemplan una guía operativa para los servicios de emergencia, bajo la supervisión –siempre que sea posible- de los técnicos de Patrimonio. En el caso del monasterio de Santa María de Huerta, y como se hizo anteriormente en el Plan de Protección de la Iglesia de San Millán, Museo de Tapices de Oncala, presentado en mayo de 2019, se ha realizado también una guía operativa para los técnicos de Patrimonio, dado que son los que podrán actuar dentro de un mayor abanico de situaciones y quienes, además, deberán empezar a trabajar para establecer la siguiente fase: la recuperación
Con estas guías operativas, ambos colectivos –servicios de emergencia y técnicos de Patrimonio- tendrán un conocimiento preciso del edificio, vías de acceso, situación de hidrantes, condicionantes o características de la colección.
“Cabe decir que de las diferentes experiencias recogidas puede observarse que no existe un modelo único y perfecto que pueda servir de referencia para redactar este tipo de documentos, por eso está basado en su historia, en su comunidad, en sus colecciones y en su gestión individual. Las políticas, protocolos y planificación contribuyen a una visión y misión relacionadas racionalmente”, han explicado fuentes de la Junta.
El Plan, con un presupuesto de 48.610 euros, ha sido realizado por la restauradora María Jesús Cabezudo Rodríguez y coordinado por la jefa de la Unidad de Gestión de Riesgos y Emergencias de Castilla y León (UGRECyL) de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Cristina Escudero, y por el Servicio Territorial de Cultura de Soria.