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20 años del atentado de ETA en Ágreda

20 años del atentado de ETA en Ágreda

Actualizado 16/07/2020 14:46

Un coche bomba provocó importantes destrozos en la casa-cuartel de la Guardia Civil dañando también fachadas cercanas. Una agredeña resultó herida.

"Oid chicos, que habrá que ir a echar una mano". Esta frase era pronunciada tal día como hoy, hace 20 años, en la plaza Mayor por un agredeño que se encontraba pasando el fin de semana en la localidad del Moncayo, en tiempo del vermú. Segundos antes se escuchaba una explosión que venía del barrio conocido popularmente como 'Las casas baratas', distante a poco más de un kilómetro del lugar. Era domingo aquel 16 de julio, hace ya 20 años.

En principio, quienes se hallaban en la plaza principal del pueblo achacaron el estallido a una bombona de butano, aunque el estruendo y poco a poco la llegada del boca a boca -la telefonína móvil no estaba tan generalizada como ahora- confirmaba que no, que no había sido un accidente doméstico en una cocina, sino un "bombazo" en la trasera del cuartel de la Guardia Civil.

Según se pudo saber después, el artefacto explosivo se hallaba en una furgoneta sustraída tiempo atrás en Francia por miembros de la banda criminal ETA y fue detonado por temporizador. Precisamente ajustando el tiempo, poco antes de las tres de la tarde, a un compás en el que muchos niños y familias solían transitar de vuelta de las piscinas municipales, a poco más de cien metros del lugar. Afortunadamente, nadie llegó a resultar herido en este tránsito antes de cruzar el 'puentecillo' de la vía.

Daños personales

Pero sí que hubo daños personales. Estrella Ruiz Rubio, una agredeña casada con un agente de la Guardia Civil destinado en la localidad, había pasado segundos antes a pie, rozando incluso el vehículo estacionado en las traseras del cuartel. Iba sola, sin su hijo que entonces contaba un año de edad. Una de las innumerables esquirlas y trozos de metralla fue a parar a una de las piernas de la joven madre, mientras que las otras destrozaban fachadas de inmuebles cercanos, ventanas, puertas y cristales incluidos. Tal fue la violencia de la explosión que incluso pasado un buen puñado de segundos alguno de los trozos proyectados al aire caía en las inmediaciones del paseo de invierno, entre la plaza Mayor y el primer tramo de La Dehesa. Y así otros en distintos puntos del casco urbano agredeño y fuera de él. El sonido pudo ser escuchado en Ólvega, Dévanos, Fuentes de Ágreda... en fin, en un radio de más de diez kilómetros.

La casa cuartel sufrió graves daños, sobre todo en sus exteriores, ya que la bomba estalló delante del muro que protege el patio de luces del edificio. Una pared cuya construcción pétrea, flanqueada en sus esquinas por dos garitas de sillares, aguantó el impacto, evitando aún males mayores. Esa era la intención.

Escasos minutos de haber sido escuchado el estruendo, decenas de vecinos y veraneantes se acercaron al lugar, donde la impotencia hacía menear cabezas y tapar rostros, cerrar ojos y casi no querer mirar un panorama que impregnaba de desolación a los presentes. Otra cosa fueron ya los lamentos y las maldiciones que rasgaban el ambiente. Puños apretados y ojos perdidos al cielo.

Ruiz fue trasladada al hospital del entonces Insalud de Soria, donde se le diagnosticó pérdida de masa muscular de una de sus extremidades. Su recuperación física la ha llevado ser sometida a, al menos, media docena de intervenciones quirúrgicas. Mientras, en lo psíquico, la cosa sigue latiendo con sus secuelas.

Gobierno

Por aquel entonces, Carlos de la Casa se hallaba al frente del Gobierno en la provincia. De aquel día recuerda a Soria Noticias que, pese a que los atentados de los terroristas se llevaban vidas por delante, en este caso confluyeron circunstancias como la de tratarse de un día festivo, y no estaba siendo muy caluroso, lo que hizo que "muchos niños hijos de guardias civiles no se encontrasen jugando en el patio del cuartel". Sin olvidar, como creyente, ha aludido la confluencia de tres advocaciones marianas, como la Virgen del Carmen -una capilla en su honor está ubicada a escasos 30 metros de la explosión, y además, la festividad del calendario litúrgico acompañaba-, la del Pilar, -patrona del Benemérito Cuerpo-, y la de Los Milagros, -'Señora de Villa y Tierra'-. A las tres se les guarda una gran devoción en la localidad.

El que es también Hijo Adoptivo de la Villa de las Tres Culturas ha recordado que apenas llevaba once días en el cargo de subdelegado del Gobierno, y había tenido que afrontar también el fatal accidente de Golmayo, con 28 personas fallecidas, la mayoría menores -fue el 6 de julio-, con lo que en una provincia tranquila, los sucesos de tamaña magnitud comenzaban a prodigarse.

Considerando como "un fracaso de ETA", el atentado de Ágreda, De la Casa ha mencionado también que la situación tras el estallido también era preocupante. "Esperábamos que hubiera un segundo vehículo cargado con explosivos. Es lo que solían hacer los terroristas", ha observado, indicando que ello supuso una "gran tensión" en aquellos minutos postreros.

"Como católico hay que perdonar. Pero como humano no hay que olvidar", ha concluido el que también es ahora delegado territorial del Servicio de Cultura en la provincia, quien, además, ofrecía precisamente ayer miércoles, una explicación detallada a SS MM los Reyes en su visista a la capital soriana acerca de la historia que refleja la maqueta conmemorativa el 900 aniversario de la ciudad.

Artífice

Como principal artífice, Javier García Gaztelu, ‘Txapote’, uno de los asesinos más sanguinarios de la banda. Tiene en su triste y trágico historial delictivo la autoría en asesinatos como los de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica, José Luis Caso y Manuel Zamarreño. Fue condenado por este atentado a 30 años, aunque su acopio de penas de cárcel suma más de 300.

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