"Ser considerado traidor a la patria es necesario cuando está amenazada la libertad"

“Ser considerado traidor a la patria es necesario cuanto está amenazada la libertad", ha señalado el escritor y dramaturgo Albert Boadella en su intervención esta mañana en los II Encuentros de Verano que bajo el lema “La Patria" se han iniciado este jueves, 16 de julio, en los jardines del Palacio de Santa Cruz, y que se desarrollarán hasta el sábado 18 de julio en torno a esta idea central, con la participación de diferentes expertos desde diversos ámbitos del saber. La inauguración, a las 10,30 horas, ha corrido a cargo del rector de la UVa, Antonio Largo, la vicerrectora de Comunicación y Extensión Universitaria, Carmen Vaquero, y la directora de Área de Extensión Universitaria, Carmen Herrero.

El escritor catalán ha sido moderado y presentado por el periodista, empresario y escritor Antonio Yuste, quien ha presentado como “el único en el mundo en hacer teatro crítico de masas", especialmente con la obra “Viva Tabarnia".

Boadella ha hablado de cómo la política ha utilizado la fuerza del arraigo sentimental para promover ideas supremacistas sobre un determinado territorio.

Y se ha centrado posteriormente en cómo se ha desarrollado el nacionalismo catalán, desde su punto de vista, hasta llegar a la situación actual, “hay una razón esencial en este proceso, el empeño de una figura clave en esta transformación, Jordi Pujol", ha explicado, ya que “nada de lo que se ha visto hubiera sucedido sin esa figura en el momento preciso" con el apoyo de los partidos de izquierda en Cataluña y el consentimiento de los medios de comunicación y de la judicatura, así como el silencio de los distintos gobiernos", que ha transformado a la sociedad catalana en una “tribu de pensamiento único".

Ha señalado que la estructura de adoctrinamiento del nacionalismo catalán es similar a la del nacionalsocialismo de Hitler, porque ambos utilizan el adoctrinamiento en las escuelas y han dividido a la sociedad catalana entre los catalanes y los otros, una idea que conlleva una superioridad de unos sobre los otros, además de adjudicar un enemigo, en este caso, los españoles. De hecho, su sentido crítico con este nacionalismo le ha llevado, como ha explicado en su intervención, a tener que trabajar fuera de Cataluña, porque ningún Ayuntamiento ha querido contratarle, y ante esto concluye que “ser considerado traidor a la patria es necesario cuando está amenazada la libertad", y adopta la frase acuñada por Josep Pla que decía “un catalán es un español al que le han dicho que tiene que ser otra cosa".

“Estoy en el sitio que quiero estar"

El actor, director y guionista Oliver Laxe, seleccionado en el Festival de Cannes por sus tres primeras obras, ha centrado la segunda intervención de los encuentros, quien ha sido moderado por el director de Área de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid, Juan Manuel Guimerans, al que ha presentado como “un personaje que ha vuelto a lo rural, a sus raíces". Si Albert Boadella habló de una patria física, Laxe se han centrado en la patria metafísica, del alma, quien se ha clasificado de “esencialista".

Esta idea de volver a lo esencial es lo que le ha hecho acabar en el pueblo de sus padres, que un día emigraron a Francia, país en el que se crió. Su periplo por Marruecos, en donde se instaló en el medio rural durante quince años, le llevó después a encontrar el sitio en el que quiere estar, en este pueblo abandonado de Los Ancares lucenses en el que se siente “inmensamente feliz “ porque “estoy en el sitio donde quiero estar". Además ha sido escenario de su última película “O que arde", nominada a los premios Goya en sus cuatro categorías, en la que han intervenido gente de la zona. Y en esta película habla de la tierra, sobre la que ha dicho que quienes la han visto se han sentido identificados e incluso han reflexionado sobre su esencia. Porque Laxe no ve el cine como un “trabajo alimenticio" sino como un servicio, ya que opina que hay demasiadas películas. De hecho, para él cada una de sus películas ha supuesto un viaje de transformación. Quiere reivindicar las virtudes de lo rural porque éstas se ven cómo sutiles mientras que los defectos son más visibles que en las ciudades, e incluso proyectan dolor. Sobre el neoruralismo considera que no está mal, pero la idea de volver a lo rural no es trasladar la ciudad al campo como segunda residencia. Para Laxe la ciudad “no es viable porque nos degradamos poco a poco" y por esta razón, tiene un proyecto empresarial en el pueblo en el que se siente feliz “me hace mucha ilusión poner una quesería y dar trabajo a mucha gente, ya que es una pena que un lugar tan rico como ése no dé empleo".

Los muertos ocupan un lugar en los territorios

La investigadora del Departamento de Antropología Física de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Almudena García Rubio ha centrado por la tarde su intervención en su trabajo como arqueóloga y cómo esta profesión se lleva muy bien con la tierra, una ponencia que ha sido moderada por la investigadora postdoctoral Juan de la Cierva de la UVa, Jara Cuadrado Ha dicho que el trabajo arqueológico comienza, la mayoría de las veces, excavando, retirando tierra e interpretándola en busca de las respuestas a los interrogantes planteados. “De cómo sea la tierra (arcillosa, compacta, ácida, etc), suele depender el estado de conservación de lo que encontramos", ha señalado, pero también la tierra como lugar que se habita es un factor importante en las interpretaciones que se hacen sobre el pasado. Los pueblos han habitado y se han apropiado de territorios, y en estos procesos los muertos ocupan un lugar.

La jornada de este jueves se cierra con la actuación musical de Antonio Serrano, uno de los músicos españoles más reconocidos no solo en el panorama nacional sino también internacionalmente, ya que se dio a conocer cuando comenzó a formar parte del grupo de Paco de Lucía en 2004, una colaboración que duró hasta el fallecimiento del escritor.