El turista se vuelve loco por un buen selfie y los campos de lavanda son la última moda en escenografía para instantáneas de redes sociales. San Felices, en Soria, ya se está acostumbrando a la fama por este tipo de cultivo. No han alcanzado el renombre de Brihuega pero están en el camino.
La provincia de Soria ha sido tradicionalmente tierra de secano, y más concretamente, territorio de cereal. Dentro de los límites provinciales se pueden ver hectáreas y hectáreas dedicadas al cultivo de la cebada y el trigo, y si un color se atreve a romper la monotonía dorada del paisaje, suele ser el amarillo perteneciente a los campos de girasol.
Pero ultimamente existe un cultivo que está captando la atención no solo de la industria farmacéutica y cosmética, también de los turistas, y con ellos, de emprendedores que buscan una idea que les ofrezca la excusa perfecta para hacer rentable eso de quedarse en Soria y disfrutar de la calidad de vida que ofrece esta tierra. Se trata de la lavanda, planta aromática que tiñe de morado los campos y se ha puesto de moda como reclamo para el selfie perfecto.
En San Felices, pueblo soriano de la comarca del Moncayo, ya tienen experiencia en ella. A los vecinos ya no les sorprende que un forastero se adentre en sus calles, cámara en mano, preguntando por la forma más asequible de llegar a estos campos. Ellos se están acostumbrando y el pueblo comienza a sacarle partido al cultivo pues no solo extrae la rentabilidad de sus aceites esenciales. Un negocio sobrevive gracias a su explotación turísticas y cada vez hay más empleos indirectos que se benefician de ella.
Además, Soria es el hogar perfecto de la lavanda. La planta aguanta bien la sequía y las heladas y de esta última algo sabemos por aquí. Recuerden estas imágenes porque todo apunta a que cada vez serán más los campos morados que se puedan ver en esta provincia.