La Liga de 24 o la cofradía del clavo ardiendo

La vuelta del fútbol había salido tan bien que era previsible que pasase algo que lo hicera saltar todo por los aires. Fue en la última jornada de la Segunda División, en un partido decisivo para conocer quienes descendían a Segunda B y quienes lucharían por subir a Primera. El positivo por Covid de varios jugadores visitantes hizo imposible la disputa del Deportivo-Fuenlabrada.

Hay una norma no escrita - y esto es importante- en el fútbol que dice que en las últimas jornadas todos los equipos que luchan por un mismo objetivo deben jugar a la vez. A eso se agarran Depor y Numancia que piden una solución salomónica, anular los descensos y una liga de 24 equipos.

Lo cierto es que tanto gallegos como sorianos están en Segunda B por las victorias de Lugo y Albacete, que les mandaban al pozo pese a la victoria soriana en la última jornada y haga lo que haga el Depor en ese encuentro suspendido o aplazado.

Los gallegos, que no pudieron jugar, aducen que se ha adulterado la competición al no jugar todos al mismo tiempo. Son ellos, con el peso de un equipo histórico y campeón de Liga los que enarbolan la bandera de la liga de 24 a la que se suma el Numancia.

El batacazo es tan tremendo que es normal que gallegos y sorianos se agarren con uñas y dientes para salvar en los despachos lo que el césped les ha negado.

Los equipos que dejan el fútbol profesional se reparten esa cantidad. Los presupuestos en Segunda B rara vez superan los 2,5M€.

Muchos temen que la Liga quiera descender administrativamente al Fuenla para salvar, únicamente, al Depor.

EL DESCENSO DEL NUMANCIA

Año 2017, con Arrasate el Numancia queda dos puestos y 2 puntos por encima del descenso. Año 2019, con Garai el Numancia queda dos puestos y 4 puntos por encima del descenso. Año 2020, con Carrión el Numancia termina quemándose y desciende tras una nefasta segunda vuelta. Lo hace con los mismos puntos (50) que en 2017 y con uno más que el año pasado, pero no se puede decir que el descenso haya pillado por sorpresa.

Sin duda alguna la venta, y la preparación para la venta, del club soriano han afectado a la planificación deportiva durante estas últimas campañas. En esta etapa han salido del club jugadores de la talla de Ruiz de Galarreta, Aitor Fernández, Iñigo Pérez, Diamanka, Atienza... Muchos de ellos salieron de Soria dejando cientos de miles de euros en las arcas del club. Dinero que no se reinvirtió en el césped manteniendo una política (humilde, temeraria, realista… póngale el adjetivo que usted considere) de fichajes a coste 0 y mucho jugador de Segunda B. Y ahí, a Segunda B, es a donde cae ahora el Numancia en el peor momento posible, en medio de una pandemia global, a las puertas de una gran crisis económica, con nuevos e inhóspitos propietarios, con tambores de venta del club y con una leonina segunda B esperándole. Un combo perfecto que deja en el aire cómo será, si existe, el fútbol de máximo nivel en Soria en el corto plazo.

UN 2020 LAMENTABLE

A pesar de las dudas sobre la plantilla el Numancia comenzó la temporada 19/20 sorprendiendo a propios y extraños con un fútbol vistoso que hizo a la parroquia rojilla ilusionarse y enamorarse de un Luis Carrión debutante que se ha ganado el corazón de los sorianos como pocos entrenadores pueden lograr cuando su equipo desciende.

A mitad del campeonato el Numancia estaba afincado en los puestos de playoff. Pero llegó 2020, algo se rompió y al Numancia se le vieron todas las costuras. 1 victoria en 14 partidos con 7 derrotas consecutivas condenaron a los rojillos. En el tramo final el Numancia apretó los dientes con 4 victorias seguidas en casa, pero la imposibilidad de puntuar fuera era una losa demasiado grande.

Las lesiones lastraron al equipo y aunque el parón y la reanudación permitieron recuperar efectivos, el alto ritmo provocó que el banquillo rojillo estuviese plagado de canteranos en los partidos decisivos. Destaca, para mal, la ausencia de gol, con un Higinio muy solo arriba (en todos los sentidos) y que tampoco tiene en su efectividad su mayor virtud y los fallos reiterados en defensa, sobre todo en el marcaje del balón parado. Este deporte se decide en las áreas y ahí el Numancia hizo aguas.

Se salvan de este año un gran Dani Barrio bajo palos, el incombustible Alberto Escassi como motor de este equipo, la clase de Curro y la entrega de Higinio. No fue suficiente y el Numancia nada ahora, si los despachos no lo remedian, hacia el abismo, hacia territorio inhóspito, hacia la Segunda B.

EN EL PEOR MOMENTO

La próxima campaña la Segunda B tendrá 100 equipos, repartidos en 10 grupos de 10. Para volver al fútbol profesional habrá que quedar entre los 3 primeros y luego pasar otras dos fases. Para la 21/22 se creará una Segunda B Pro con solo 40 equipos por lo que el riesgo de descenso es evidente si las cosas no se toman en serio o si el año comienza torcido. 20 equipos de los que compitan el año que viene con el Numancia acabarán la temporada en la quinta categoría del fútbol español.

A ese previsible drama hay que sumarle las dudas sobre el futuro del club. El nuevo presidente Moisés Israel niega tajantemente que el fondo de inversión que compró el club en 2018 lo quiera vender, pero su proyecto (formación de futbolistas internacionales, esports y turismo deportivo) parece inviable en Segunda B.

ADIÓS A 23 AÑOS DE FÚTBOL PROFESIONAL EN SORIA

El cuadro soriano dice adiós a 23 años en la élite. Una etapa en la que el club ha logrado 3 ascensos a Primera División con un total de 4 campañas en la máxima categoría. Tras la mítica Copa del 96 el club ascendió la siguiente temporada a Segunda. El primer ascenso a Primera se dio en el año 1999 y esa campaña se logró la única permanencia. La última temporada en primera fue la 07/08 con la mítica victoria ante el Barça de Pep. El Numancia se ha convertido en este tiempo en un ejemplo de gestión deportiva y económica alabado por todos.