Pasado el estado de alerta sanitaria por la pandemia del COVID-19, donde en las clínicas dentales sólo se estuvo tratando urgencias dentales, los dentistas hemos empezado a retomar las consultas de los tratamientos que fueron anulados por el confinamiento domiciliario estos meses.
Muchos pacientes han vuelto a las consultas, y estamos observando que, a pesar de estar en casa, muchas caries han avanzado y que muchos presentan mayor patología de las encías como gingivitis y periodontitis. Tantos meses en casa, y la ansiedad por la pandemia, ha conllevado el descuido en los cepillados y el abuso de los picoteos entre horas de chucherías y dulces. Es muy recomendable aprovechar el verano para realizar una puesta a punto de la boca, con revisiones y tratamientos que conviene realizar, pues como va la pandemia quizás se vuelvan a fases de confinamiento.
Pensar en la salud de la boca es pensar en salud de todo el cuerpo. Una mala salud oral multiplica por dos el riesgo de ataque cardíaco. La inflamación oral prolongada permite que las bacterias y las toxinas entren al torrente sanguíneo, facilitando la aparición de inflamación y enfermedades en otras partes del cuerpo. La boca puede ser considerada una puerta de entrada o salida del virus SARS-2, que tiene las glándulas salivares como reservorio en pacientes asintomáticos, y se ancla a la lengua, encías y paladar.
Por lo tanto, es muy importante tener una buena higiene dental, y es recomendable usar colutorios antisépticos bucales como povidona-yodo o cloruro de cepilpiridino (CPC). Podrían ayudar a reducir la severidad de la COVID-19, y el riesgo de transmisión, mediante un descenso de la carga viral en la boca de los individuos infectados. Recomendamos no retrasar la visita al dentista.
Camilo Sáinz. Colegio Oficial de Dentistas (CODE)