Artículo de opinión de Sergio García, director de Soria Noticias.
Septiembre siempre ha sido el mes de la vuelta al cole. Era el mes de la vuelta a la normalidad, a las rutinas tras un verano de desconexión.
Y hablo en pasado porque lo de este año va a ser de todo menos vuelta a la normalidad. Yo estoy por pedirle a nuestra paisana Rocío Lucas que me deje volver a las aulas ya que noto mis capacidades cognitivas bajo mínimos. No logro entender por qué España vuelve a ser el país europeo con mayor número de afectados por el Coronavirus en esta segunda fase de la pandemia. En serio, ¿qué hacemos tan mal? Hay quien dice que se debe a nuestro carácter mediterráneo, las muchas horas de sol y nuestra abundante vida social. Pero yo necesito una explicación más de ciencias naturales que de esa entelequia llamada ciencias sociales. Busco una explicación biológica y me cuenta que España está a la cola de PCR realizados. Explican que no importa tanto los PCR realizados cada 100.000 habitantes, sino los PCR realizados por cada caso confirmado. España 20, Portugal 40, Francia 60, Italia 100, Alemania 140... Realizar tan pocos tests tiene como consecuencia que se escapen miles de asintomáticos que propagan el virus.
Tampoco me vendrían mal unas cuantas clases de historia para entender cómo se puede caer una y otra vez en el mismo error. Estamos en septiembre, ¡EN SEPTIEMBRE!, y seguimos sin hacer tests y controles en los aeropuertos. La situación es tan escandalosa que se ha dado cuenta hasta Belén Esteban. Cuando venga el profesor de matemáticas le voy a preguntar la razón por la que somos incapaces de contar muertos. Igual es algo filosófico, quién sabe, tal vez podamos hacer una clase conjunta para entender por qué las cifras de fallecidos oficiales ya no es que disten de la realidad, sino que discrepan unas - las de las comunidades - con otras - las del Estado-. Si hay suerte y a la profesora de geografía le gusta hacer uso de su libertad de cátedra podremos hablar sobre geografía política las tremendas disfuncionalidades del estado autonómico español. Aquí también nos vendría bien que estuviera presente el de filosofía. ¿Es mejor que mande uno o que manden diecisiete? Decía Maquiavelo que “los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio”. A este paso vamos a poder comprobarlo.
En lengua podríamos analizar morfológicamente palabras de significado fluido: ¿Qué leches es la trasmisión comunitaria? ¿Qué es un contacto estrecho? Le tengo ganas a la clase de tecnología para que me expliquen cómo en pleno siglo XXI, en la era digital, en un mundo globalizado se pueden tardar 7 meses para realizar una aplicación de rastreo y que todavía no esté disponible en toda España. Necesitaré mucha música para entender por qué los niños se pueden juntar juntos en el parque, pero no ir a clase.
Y como lo de salir al patio va a estar complicado, aprovecharé el rato del recreo para hablar con el orientador para saber cuál es el límite de sufrimiento que podemos aguantar, qué señales nos da la vida para decirnos que tenemos que hacer algo o, simplemente, cuándo ponerme a llorar.