La Diputación honra este jueves a a su patrona, la Virgen de la Merced
Camarín ya restaurado del antiguo templo de La Merced, ahora convertido en el Aula Magna Tirso de Molina. /Dip.
El Palacio Provincial permanecerá cerrado al público, así como otras dependencias de la institución en capital y provincia.
Este jueves, la Diputación celebra jornada festiva para todos sus 578 empleados, entre funcionarios y laborales, que ejercen su labor en las dependencias que la institución tiene en la provincia.
En la actualidad no se lleva a cabo ninguna celebración pública pero durante muchos años y hasta la década de los años ochenta se conmemoraba con una eucaristía en la iglesia de San Francisco, en la capital, y posteriormente un vino español en la residencia de La Milagrosa, propiedad de la Diputación. A la misma acudían numerosos trabajadores de la institución que también participaban en diversos juegos de naipes que se prologaban a lo largo de toda la tarde. Coincidiendo con esta celebración de la festividad de la Merced, tuvo lugar en el año 1982 la inauguración oficial del Aula Magna Tirso de Molina, que ocupa la antigua iglesia del Convento Nuestra Señora de la Merced, con un concierto, siendo presidente el agredeño Víctor Núñez.
A partir de entonces la celebración de La Merced fue rotándose por las residencias de mayores de la institución provincial, con eucaristía seguida de vino español, pudiendo acudir todos los trabajadores y jubilados de la Diputación, hasta que se dejó de celebrar en la década de los noventa, manteniéndose la jornada festiva para los trabajadores.
La explicación para adoptar como patrona a la Virgen de la Merced puede venir de la adquisición que la institución hizo en 1850 del convento de los Padres Mercedarios instalados en la casa palacio que donase a la orden doña Catalina de Barnuevo y Salacedo, y en la iglesia de San Martín de Canales que les otorgase el obispo en 1595 y cuya advocación cambió a Nuestra Señora de la Merced cuando fue ocupada por los mercedarios.
Los frailes, aunque desalojados por los franceses en 1808, volvieron pocos años después, pero comenzó su declive y finalmente fue abandonado totalmente hasta que el inmueble fue adquirido por la Diputación provincial, destinándolo a asilo de niños expósitos y de ancianos, aunque finalmente fue destinado a hospicio provincial hasta bien entrada la década de los setenta de este siglo.
La Diputación mantuvo la advocación de la iglesia a Nuestra Señora de la Merced y por extensión se pudo dedicar su protección a toda la institución declarándola la patrona de la misma.
Recientemente se ha procedido a la restauración del camarín situado tras la trasera del altar mayor de la que fuera la antigua iglesia y ahora convertida en la conocida Aula Magna Tirso de Molina, nombre del religioso mercedario.
En el archivo de la Diputación el documento más antiguo encontrado data de 1923, cuando la superiora del hospicio solicitó permiso para celebrar la festividad de La Merced y un acuerdo de 1958 donde se ratifica por los diputados que se celebre esta festividad del mismo modo que en años anteriores.