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Covaleda se sirve de un vecino ilustre para aportar valor añadido a su entorno

Covaleda se sirve de un vecino ilustre para aportar valor añadido a su entorno

Actualizado 02/10/2020 09:39

Los hijos del maestro artesano Justo Herrero dan forma a un rótulo que, desde hoy, se colará en multitud de instantáneas de los cientos de visitantes que cada año eligen deleitarse con el entorno de los Picos de Urbión.

El entorno de los Picos de Urbión, dentro del término municipal de Covaleda, tiene ahora un rincón perfecto para inmortalizar la visita a un entorno natural único. El Ayuntamiento del municipio ya ha instalado la creación de Cerrajería Lejuss, herederos del maestro Justo Herrero, que con 87 años sigue volcando todas su energías en el arte de la forja.

El rótulo, que reza 'Picos de Urbión. Covaleda' se instaló durante la jornada de ayer y ha costado "alrededor de 500 euros", según explica el alcalde del municipio, José Llorente. Desde ahora servirá para "potenciar la imagen turística de un entorno que ya de por sí es todo un reclamo por su valor paisajístico y natural", añade el regidor.

Tras los pasos del maestro

El encargo del Ayuntamiento de Covaleda ha sido elaborado por las manos de los hijos de Justo Herrero, maestro artesano que a sus 87 años continúa siendo todo un emblema de la comarca de Pinares. "Se lo encargaron a mis hijos porque son los que están al frente del negocio", explica Justo.

De la labor de sus heredederos, ha quedado "satisfecho" pero aclara que "es una forja completamente distinta a la que hago yo". La razón hay que buscarla en la evolución de la técnica y las características de un mercado más que exigente. "Yo no sé utilizar la maquiinaria que usan mis hijos, a mí mi padre me enseñó a trabajar con las manos y es lo que sigo haciendo".

Huellas de Justo Herrero en Urbión

Este rótulo elaborado por Cerrajería Lejuss acompañará a la imagen más difundida del lugar. La Cruz de Urbión la realizó Justo Herrero y muy pocos recuerdan el lugar sin ella. "Mi padre siempre me contaba que el 22 de agosto se hacía la misa en Urbión, con mi aportación quise que esto resurgiese y se retomase la tradición", explica este maestro del fuego.

Museo Justo Herrero

Justo Herrero no puede abandonar su pasión: "Cada día voy a andar al monte y después me dedico a mi hobbie, la forja". El trabajo le proporciona salud y le mantiene "vivo". De sus palabras se desprende un amor que aprendió de quien le dio la vida y que, de la misma manera, él ha inculcado a los suyos.

Esta vocación queda plasmada en cada obra de arte. Creaciones que nacen de "trozos de hierros sobrantes" y se alinean creando todos para los que las palabras se quedan escasas. La mayoría se pueden ver en el Museo Justo Herrero, 1200 metros cuadrados que no solo sorprenden, también inspiran.

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