Los usuarios lamentan que, aprovechando la pandemia, los autobuses se hayan cambiado por unos microbuses donde no se respetan las mínima medidas de seguridad.
La conexión entre Soria y Valladolid, la capital de la comunidad autónoma, nunca ha sido excelente. Y no se trata solo de la eterna Autovía del Duero y la trampa mortal que supone la N-122 sino también de la única forma pública que ha de viajar entre estas dos ciudades; el autobús. Sin trenes, los autobuses operados por Linecar, y que en su recorrido más largo unen Zaragoza, Soria, Valladolid y León, son la única forma fuera del vehículo privado de ir desde Soria a Valladolid, algo que afecta a la vida de cientos de sorianos en aspectos tan importantes como la salud, la educación o la administración.
El calvario comienza ya antes de comprar el billete. Y aquí es donde usted puede perder su viaje si no anda avispado. Nada de página web donde poder comprar el billete y asegurarse su viaje. Nada de ventanilla en la estación de Soria donde acercarse a comprar su billete (sí la hay en Valladolid) y nada de claridad con los horarios. Si usted entra en la web de linecar no encontrará entre sus rutas y horarios la de Soria. Y si entra a la de la estación de autobuses si encontrará un horario que está actualizado pero que no produce ninguna certeza. Ambas webs están estupendas si viviéramos en 2001.
El billete debe comprarse en el propio autobús, lo que normalmente supone retrasos en el horario de salida que alargan un viaje ya de por si tedioso por los bonitos pueblos de La Vid y Zuzones donde nunca sube nada pero que, oye, su derecho tienen a tener autobús. En el autobús olvídese de ninguna comodidad propia de este siglo, nada de pantallas con entretenimiento, ni wifi, ni servicio. Tal vez la administración debería medir sus exigencias cuando la línea vuelva a salir a licitación para que, al menos, se garanticen unos mínimos. Pero ahora es cuando empieza lo bueno.
Desde el Ministerio se ha dado permiso a las compañías para ajustar sus horarios a la nueva realidad, sin reducir las frecuencias. Afortunadamente Linecar no ha reducido las frecuencias a Valladolid, porque desde 3 la reducción sería dramática, pero si ha reajustado sus horarios. Por cierto, que la plataforma Soria Ya denunciaba hace unas semanas la desaparición de muchas de las frecuencias de los autobuses de Alsa que van a Madrid.
Con los nuevos cambios el primer autobús que sale de Soria lo hace a las 12 de la mañana. Supone esto que usted no podrá estar en Valladolid antes de las 3 de la tarde. Esperamos que no tenga que hacer ninguna de esas cosas que solo se pueden hacer por la mañana porque, de ser así, este servicio no es para usted.
Y ahora sí, llegamos al asunto que ha llenado el vaso de los usuarios de la indignación de los usuarios y que estos han trasladado a Soria Noticias. La empresa, aprovechando el descenso de viajeros por la pandemia ha decidido cambiar sus autobuses por unos microbuses. Pero no uno microbuses cualquiera sino por unos de los que usa para dar servicios a los centro de día que no cuentan ni con maletero. Así a la incomodidad de ir en un vehículo preparado para 15-20 minutos durante 3 horas se suma el evidente riesgo para la seguridad. Un viaje tras otro, las maletas sueltas en la parte de atrás del autobús (como acreditan las imágenes a las que ha tenido acceso este periódico), sin ningún tipo de sistema de sujeción.
Las maletas van y vienen en cada curva. “Si el autobús frena más vale que levantes las piernas por lo que pueda pasar”, cuenta un usuario. “Tiene narices que en el coche no puedas llevar una caja suelta en el asiento de atrás y aquí vayan las maletas dando vueltas”, comenta otra persona. Por supuesto el precio del billete no ha bajado (o al menos no de una manera notable) y, suponemos, la aportación pública tampoco, pero la calidad del servicio prestado a los ciudadanos, desde luego. Las líneas que unen provincias de la misma comunidad las licita las Comunidades Autónomas y si se unen localidad de varias CCAA la licitación es estatal. Es norma general en el sector que las líneas deficitarias por tener pocos viajeros conlleven una prima por parte de las administraciones públicas para hacer más atractivas.
Imposibilidad de reservar tu plaza, horarios confusos, frecuencias malísimas, autobuses incómodos y, para rematarlo, bultos sueltos en un microbus sin maletero. Bienvenido a la odisea de (intentar) viajar entre Soria y la capital de la comunidad en los autobuses de Linecar.