Artículo de opinión de Sergio García, director de Soria Noticias
Acaba de terminar la rueda de prensa de Salvador Illa y de Fernández Mañueco y no salgo de mi asombro. Asombro que es indignación. Indignación por como el juego político nos impide a los ciudadanos que se tomen las medidas que necesitamos para proteger nuestra vida. Llevo media hora gritando a la pantalla y sigo sin terminar de entender lo que ha pasado.
El Minsitro de Sanidad se reúne con el presidente de la Junta y el resumen de su aportación es una especie de “ya veremos” que ha espetado al final de la comparecencia. La Junta quiere decretar el toque de queda, pero no sabe cómo. Hay una manera fácil y sencilla de hacerlo, con la declaración del estado de alarma en la comunidad por parte del Gobierno central.
Pues eso, por lo visto no se va a dar. Señala Salvador Illa que para declararlo tiene que tener certeza de que sus previsibles prórrogas vayan a ser aprobadas en el Congreso. Una forma de trasladar la pelota al tejado del PP aunque para la prórroga del estado de alarma no es imprescindible el voto PP. Pero, aunque lo fuera, actúa hoy, decreta el estado de alarma en Castilla y León, pon el toque de queda y luego que el PP en el congreso se atreva a votar en contra de lo que pide su propio gobierno autonómico.
Un sinsentido de juegos políticos que nos deja a los ciudadanos sin una medida que tanto la Junta como el Gobierno de España consideran imprescindible. Es surrealista. Sé que me repito, pero no salgo de mi asombro y necesito desahogarme. Los dos señores que estaban sentados en esa mesa (Illa y Mañueco) querían hacer lo mismo y no lo han hecho, no lo entiendo.
Desconozco si el Gobierno precisa una petición expresa de la Junta solicitando el estado de alarma, pero creo que el ejecutivo regional ha sido suficientemente claro. “Que hagan lo que tengan que hacer”, solicitaba Igea esta mañana. Pues nada, a esperar.
Y tampoco entiendo muy bien las reticencias de la Junta para aplicar una medida que otras comunidades como Madrid o Andalucía (también gobernadas por el PP y Ciudadanos) anuncian sin muchos reparos. Garantiza Mañueco que habrá toque de queda en Castilla y León este fin de semana (son las 12:00 del viernes) pero no sabe ni desde cuándo, ni amparado en que entorno jurídico ni con qué condiciones.
La Junta estudia a contrarreloj con sus servicios jurídicos una norma que aprobar hoy y publicar mañana en la que ampararse para decretar el toque de queda. Y luego llegará el Tribunal Superior de Justicia y (probablemente) la tumbará y entonces no quedará más remedio que decretar el estado de alarma. Sé que me repito, pero me parece todo tan surrealista… que estemos jugando a si tu pides y tú me apoyas y yo quiero que tu hagas cuando están en riesgo la salud de cientos de personas cada día es algo que no logro comprender.