La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha puesto a disposición de las entidades locales el contenido del informe ‘Los residuos textiles en Castilla y León. Modelos de gestión y herramientas para su aplicación’ con el objetivo de ayudar a las administraciones municipales a implantar o mejorar la recogida separada y la gestión de estos residuos en sus territorios. Bajo el lema ‘Más vidas que un gato’, ha promovido una campaña para sensibilizar sobre un consumo más responsable y para reutilizar y reciclar la ropa.
En Castilla y León se generan unas 40.000 toneladas de textiles y, actualmente, solo se recogen de modo separado alrededor de 3.900 toneladas, valor que supone aproximadamente un 10 % de recogida separada de textiles respecto a la generación teórica.
Las ratios de recogida separada de otros municipios europeos duplican o triplican los valores actuales de Castilla y León. La recogida separada del textil y su gestión es un reto y un aspecto de mejora a corto plazo para los municipios, que deben incorporarlo en sus agendas y planes de acción.
La Directiva Marco de Residuos, en su modificación del año 2018, introduce como obligatoria la recogida separada de residuos textiles antes del 31 de diciembre de 2024. Establece, además, unos objetivos de reciclado de residuos domésticos muy ambiciosos y que además se incrementan con el tiempo (50 % de reciclaje en 2020, 55 % en 2025 y 60 % en 2030).
Precisamente, el informe ‘Los residuos textiles en Castilla y León. Modelos de gestión y herramientas para su aplicación’, que la Junta ha puesto a disposición de las entidades locales a través de su página web Campaña Residuos Textiles y correo electrónico, persigue ser una herramienta de consulta para facilitar la toma de decisiones por parte de la Administración local en el ámbito de la recogida de este tipo de residuos.
El informe incluye un diagnóstico sobre el estado actual de la recogida separada y la gestión posterior de los residuos textiles en Castilla y León, con recopilación de casos concretos de buenas prácticas y de los principales modelos de recogida de residuos textiles existentes hoy en día, proponiendo una serie de criterios de prioridad a la hora de elegir el modelo más adecuado al municipio de que se trate, en función de sus características y prioridades.
Además, presenta distintos modelos de cláusulas y pautas para la redacción de pliegos de cláusulas administrativas particulares y de pliegos de prescripciones técnicas para las futuras licitaciones de servicios de recogida separada de residuos textiles, teniendo en cuenta criterios sociales y medioambientales en la adjudicación de los servicios.
Incluye también un díptico de difusión para facilitar a las entidades locales la sensibilización y concienciación de sus ciudadanos, aspecto clave para que la recogida separada de textiles sea una medida de éxito en la gestión municipal. El eslogan de dicho díptico, ‘Más vidas que un gato. Por un consumo más responsable, reutiliza y recicla tu ropa’, insta a un cambio de hábitos en el consumo, la mejora de la separación en los hogares y la promoción de los mercados de intercambio y de segunda mano.
MODELOS DE RECOGIDA SELECTIVA DE RESIDUOS TEXTILES
El estudio realizado por la Dirección General de Calidad y Sostenibilidad de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente define cuatro modelos de recogida separada de residuos textiles, que pueden orientar a los municipios según sus características: puerta a puerta, contenedores en la vía pública, contenedores en tiendas, colegios y edificios y puntos limpios o móviles.
El ratio de recogida de residuos de Castilla y León, si se tiene en consideración la población, sería algo superior a 1,5 kg/habitante y año, y si se hace una previsión sobre los objetivos deseables a alcanzar en el futuro, se puede establecer un objetivo aproximado de recogida separada de cinco kilogramos anuales por ciudadano para 2025, según el estudio de la Fundación para la Economía Circular.
Esto supone que se debe multiplicar por tres la cantidad de textil recogida de forma separada en la Comunidad. La instalación obligatoria para el 2025 de una recogida separada de esta fracción por las entidades locales facilitará alcanzar este objetivo.