Artículo de opinión de Eder García.
Como ocurre con los grandes directores de cine o, también, con los muy malos, la Junta sigue manteniendo la capacidad de sorprendernos. Nadie podría imaginar que, en mitad de la peor crisis sanitaria en un siglo, nuestros responsables políticos autonómicos iban a decidir desarmar -todavía más- la precaria situación de la sanidad en Soria con la retirada de 9 médicos. Si sigo con el símil, podría decir que, lamentablemente, esta película ya la he visto con la misma mediocre dirección y distintos actores.
Es una vergüenza que se escuden en la necesidad legal de desplazar a estos médicos a sus plazas definitivas para dejarnos, una vez más, abandonados. Está claro que, después de décadas en sus puestos, estos profesionales han establecido sus proyectos de vida aquí, pero, además, saber gestionar significa dar una solución, detectar los problemas y resolver de forma paralela la cobertura de plazas.
A los sorianos nos da igual cómo se llamen los profesionales de los centros de salud, pero lo que no podemos permitirnos es quedarnos sin ellos.
Es momento de movilizarse pero, también, de exigir responsabilidades políticas. Quedó claro en las últimas elecciones a las Cortes que el PP perdió la confianza mayoritaria de los sorianos, así como que la victoria del PSOE no fue suficiente para que Ciudadanos perpetuara el Gobierno del PP. Por desgracia, la incorporación de los naranjas no ha mejorado la pésima gestión de décadas.
A veces olvidamos que estos partidos tienen presencia en Soria: Delegada Territorial y presidenta de partido y Vicepresidente de Diputación, nada menos. No pueden limitarse a esconder la cabeza y acatar lo que viene de Valladolid. Tienen la obligación de defendernos, también dentro de sus organizaciones. Pero, bueno, tal vez ambos sólo persigan un Goya como grandes ‘secundarios’ vendiéndonos un recorte de servicios como una reestructuración.