Este veterano club de espelología soriano, Alto Duero, lleva 40 años explorando el subsuelo de la provincia de Soria y de otros lugares de España. Su presidente, José Miguel Martínez, lo tiene claro. La espeleología hay que considerarla un deporte. Eso sí, es algo más, apunta. Aporta una manera de vivir y de entender la vida: aventura y afán por descubrir.
Encontrar y explorar nuevas cavidades es uno de los mayores alicientes que ofrece esta actividad. "Tenemos algo de científicos, ya que nos adentramos en el subsuelo, y nos gusta tener un conocimiento geológico mayor de ese terreno". Disfrutar de la belleza de una gruta es algo "indescriptible"; y si se ha explorado por primera vez, pensar que eres el primer humano que la ha pisado, es lo más.
Pero la espeleología también tiene ese punto de emoción, en un entorno oscuro, desconocido, inhóspito y hasta peligroso en no pocas ocasiones. Inevitablemente, el espeleólogo se reconcentra más en sí mismo, en medio de la soledad de la cueva, y busca una superación personal, necesaria para volver a salir del 'agujero' en el que está metido. Por otra parte, muchas de las cuevas son lugares míticos de la cultura y la tradición popular, asociados a leyendas, tesoros escondidos o historias singulares. Es una parte divertida e interesante de la espeleología, reconoce Martínez, que ha roto algunos de esos 'secretos' populares en algunas cuevas. "No he encontrado nunca ningún tesoro", lamenta.
Sin querer hacer perder la ilusión y el misterio de esa faceta de las cuevas, la realidad es que lo que aparece, en ocasiones, es basura y chatarra, dice Martínez: "Lo más raro que he encontrado ha sido una lavadora". El responsable de Alto Duero pide una mayor concienciación medioambiental, para que no se utilicen las cuevas como vertederos, que luego contaminan los acuíferos del pueblo.
En Soria, apenas un centenar de personas se dedican a esta actividad de la espeleología, que en Castilla y León suman los 2.000. Alto Duero es un grupo que ya tiene 40 años y una larga experiencia, con interesantes campamentos de exploración en Cantabria, el paraíso para los espeleólogos. Por ejemplo, en el año 2016, Alto Duero descubrió casi 20 kilómetros nuevos de cavidad. Martínez asegura que "siempre ves algo diferente que te puede sorprender, aunque lleves 27 años entrando en las cuevas, como yo".
Recalca que Soria es una zona rica en cuevas, y uno de los mejores sitios de España para iniciarse en la espeleología, por las características de las cavidades y la variedad geológica de los suelos. Puede ser un recurso, que se puede aprovechar para el turismo activo o de aventura
La zona del Cañón del Río Lobos concentra la mayor abundancia de las cuevas en la provincia -más de un centenar-, y también hay en la hoz del Duero, por la capital soriana, o en la sierra de Frentes-Cabrejas del Pinar. Pero cavidades pueden encontrarse por toda la provincia. Y todavía cabe descubrir alguna, como ocurrió hace varios años en la zona del Pico Frentes, en Fuentetoba, en la que ya se han explorado más de cuatro kilómetros.
Para el presidente de Alto Duero, una de las más llamativas y espectaculares, por sus formaciones geológicas, es la llamada CJ3, que está en el Cañón del Río Lobos. No hay ningún problema para que cualquier persona se inicie en este deporte, que es fascinante. No se necesitan aptitudes especiales, salvo afán por conocer y por explorar espacios nuevos. Sí que hace falta un curso básico de iniciación, para conocer algunas técnicas que ayudan a moverte en una cueva. Los interesados pueden ponerse en contacto con el club Alto Duero, en el correo [email protected]