El coronavirus lleva a más sorianos a pedir ayuda ante problemas mentales 

Los efectos del coronavirus van más allá de las consecuencias físicas. Muchos son los estudios que alertan de que las secuelas mentales de la pandemia comienzan a hacerse visibles e irán más allá de lo que se puede prever en estos momentos. Este aumento de la incidencia de trastornos como la ansiedad y la depresión también se hace patente en la provincia de Soria y así lo ha recordado Natalia Briongos, gerente de Asovica Fadess.

Así, Briongos asegura que "han aumentado las consultas en el punto de información de la asociación y también en el ámbito privado". Son, según la psicóloga, muchos los sorianos que "reclaman asesoramiento" en el camino más adecuado para tratar este tipo de trastornos.

Cuidar la salud mental y pedir ayuda ante el primer síntoma resulta vital para que cualquier alteración no se convierta en crónica. "Si te encuentras mal tienes que ir al médico de cabecera y contarle tu dolor del alma. El médico de cabecera será quien derive el caso a Salud Mental y allí estudiarán si necesitas apoyo y si este debe partir de un psiquiatra o un psicólogo", explica Natalia Briongos.

Una atención pública que también tiene sus limitaciones. "Existen listas de espera y una vez que te decides a pedir ayuda es importante que no se te pase el momento", reconoce Briongos. Por ello, no duda en insistir en el papel de las consultas privadas al recordar que "con el paso del tiempo la mochila se va haciendo más grande y se llena de cargas emocionales. Hay que pedir ayuda en el momento en el que se necesita".

"No solamente las personas con una patología mental diagnosticada necesitan cuidar su salud mental, todos necesitamos darnos un tiempo, darnos cuenta de lo que está pasando, aceptarlo y mirar con una sonrisa a la nueva normalidad y al futuro", ha señalado Briongos.

Para concluir, la gerente de Asovica Fadess se sirve de estadísticas para normalizar y continuar con su labor de visibilización de la enfermedad mental. "Antes de pandemia la estadística apuntaba que un 25% de las personas iban a sufrir problema de salud mental a lo largo de su vida. Ahora seguro que el porcentaje sube. No significa que seamos más frágiles o más vulnerables por pedir ayuda. Le puede pasar a cualquiera, incluso si todo le va bien".