Soria despide a uno de los hombres que representó con tenacidad la revindicación justa para la provincia "poniendo alma, vida y corazón" en su vocación de servicio.
En la iglesia de El Salvador, en la capital soriana, era oficiado el funeral por Gregorio Alonso Ámez, 'Goyo' para el común de la sociedad. Un hombre cuya sensibilidad social se prolongó, tenaz, a lo largo de toda su vida.
Fundador de la Juventud Obrera Católica y de la Hermandad Obrera de Acción Católica, su implicación por la justicia fue la constante que le llevó a ser repetado y querido en todos los ámbitos en los que ejerció esta labor, voluntaria, humilde aunque sin reservas.
Hoy, en las exequias religiosas, el obispo de Osma-Soria, Abilio Martínez Varea, ha destacado la valía humana de Goyo, un hombre cuya fe cristiana le llevó a ejercer como un activista incansable para reclamar una vida mejor, no solo en el ámbito revindicativo con la plataforma Soria Ya, sino también en el movimento obrero, en campos como las agrupaciones de padres y vecinales así como su compromiso con la Iglesia. "Puso alma, vida y corazón al servicio de los demás", ha asegurado el prelado.
El obispo se ha referido a las profundas creencias cristianas del finado, las cuales le llevaron a su compromiso por mejorar la situación de la provincia. Una actividad que venía dada "por el compromiso con su fe", y con el firme convencimiento de mejorar la sociedad soriana "para transformarla según el Reino de Dios". Para el obispo, Goyo actuó siempre, de manera incansable, con la mirada puesta en Jesucristo y el mensaje que El Mesías dejó.
De hecho, Martínez Varea ha recordado que el difundo interiorizaba el mensaje cristiano reforzándolo con estancias de meditación en el monasterio de Santa María de Huerta, y también tomando parte activa, callada también, en las procesiones devocionales de Semana Santa.
El pastor diocesano también ha aludido a la familia y al ejemplo que ha supuesto Goyo no solo entre los suyos, sino también para toda la sociedad soriana.
Adiós, Goyo. En estas líneas, este periódico agradece tu afán y desvelo, tu dignidad y compromiso, y admira la gran la talla humana que dejas, ejemplo para todos.