El virus no puede con el Traslado del Arca entre San Andrés y Almarza

Ni el virus ni tampoco las bajas temperaturas podían este 6 de enero, Epifanía del Señor o Día de Reyes con el Traslado del Arca, este año entre San Andrés y Almarza. La primera, entidad local de la segunda, cabeza del municipio.

Después de sendas eucaristías en las respectivas parroquias, vecinos de ambos lugares se daban cita en el paraje de Canto Gordo, a media distancia entre ambas poblaciones. Previamente, el arca, que como es sabido tiene dos llaves, una para cada pueblo, era llevada en hombros con partida en San Andrés para ser entregada a Almarza, que la guarda los años impares.

Como es sabido, esta tradición se remonta a épocas medievales, ya que dichas poblaciones y las desaparecidas Cardos y Pipahón compartían comunalmente la dehesa de 'La Mata', según el documento más antiguo que guarda el arca, y que data de 1329, referente al primer privilegio dado por el Rey Castellano Alfonso XI, cediendo el uso exclusivo de estos fértiles terrenos los cuatro pueblos.

La arca en cuestión guarda 109 documentos y cuatro sellos de plomo, pertenecientes a los cuatro monarcas que concedieron los privilegios que figuran en sus correspondientes legajos. Decir también que dicho baúl tiene 300 años, es de madera de roble y su cerradura es mucho más antigua, habiendo pertenecido a arcas anteriores. Ello demuestra que durante estos casi siete siglos 700 años se han sucedido diferentes arcas que, bien se quedaron pequeñas, bien se estropearon con los años o ambas cosas.

Para este año, el Consistorio almarceño que preside Ascensión Pérez establecía las medidas necesarias en lo que es la prevención del Covid-19 y los asistentes, una pequeña representación de cada pueblo, de asistentes guardaban las correspondientes distancias e indicaciones prescritas por las autoridades sanitarias.