Los pacientes con este tipo de dolencias son los grandes damnificados de la pandemia ya que sufren de la que se habla y de la silenciosa, esto es, la propia.
669 pacientes fueron diagnosticados de cáncer en la provincia de Soria en 2020, lo que supone una tasa de 753 por 100.000 habitantes, con un censo de 88.884 personas. Son datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) donde queda reflejado hoy, Día Mundial sobre este tipo de dolencias, que el cáncer colorectal es el más extendido, con 96 casos, seguido de por próstata (77), pulmón (69), mama (68) y de piel (65). Por sexos, el cáncer fue detectado en 411 hombres y en 259 mujere durante el año pasado.
Según esta estadística, la tasa de incidencia se ha posicionado de los 696 casos por 100.000 habitantes en 2012, a los reseñados 753, lo que supone una línea ascendente en lo que es contraer alguna de las enfermedades cancerígenas. La tasa a 20 años se prevé que ascienda a 914 casos en 2040.
Decir también que la prevalencia del cáncer a cinco años es de 1.879 pacientes, esto es, una tasa de 2.114, lo que significa que este número de personas sobreviven a estas patologías en dicho periodo tras su diagnóstico. Lamentar también que la mortalidad sumó 269 defunciones el año pasado en la provinicia (169 varones y 100 féminas).
Coronavirus
Fuentes de la AECC han señalado que la primera ola de la COVID-19 ya provocó una situación de emergencia en los enfermos de cáncer, emergencia que persiste actualmente y que tiene cuatro aspectos.
El primero de ellos es el sanitario, ya que se ha producido una saturación de la red asistencial, en la que la atención presencial ha disminuido y se ha potenciado la atención telefónica. Este cambio en el modelo asistencial “podría haber ocasionado que uno de cada cinco casos nuevos de cáncer, estén sin diagnosticar”, lo que se traduce en casi 50.000 en todo el país. Con la disminución de casos de casos nuevos y la supresión de los cribados preventivos (que se están recuperando, aunque con diferencias entre comunidades autónomas), ha disminuido la actividad de los procedimientos diagnósticos un 15%, y cuando estos casos se diagnostiquen, la enfermedad estará más avanzada, los tratamientos serán más agresivos y tendrá consecuencias en la calidad de vida y supervivencia de estos enfermos. Y, además, señalar que un 10% de los tratamientos han sufrido retrasos o interrupciones temporales.
El segundo apartado es el económico. Aquí en la AECC han significado que en la primera ola, la situación económica del 46% de los enfermos de cáncer empeoró notablemente. De ellos, hasta en un 20% empeoró tanto que tuvieron que realizar recortes severos en los gastos cotidianos, contraer deudas o solicitar ayuda económica. A día de hoy, la situación apenas ha variado, un 17% continúan en riesgo de exclusión social.
El tercer aspecto se centra en lo psicológico y emocional. El estudio ‘Malestar psicológico en pacientes de cáncer durante el confinamiento del COVID-19’, evidenció el 34% de los enfermos de cáncer sufrieron ansiedad y en su caso depresión durante el confinamiento. Actualmente, tenemos un 41% de afectados por estos trastornos. “Además, los enfermos de cáncer tienen miedo. Miedo a enfermar y no poder ser asistidos en el hospital por la saturación, miedo a que enfermen los familiares que los cuidan, y, a menudo, sensación de soledad”, subrayan en la AECC.
En lo que es el apartado científico, en cuarto de esta relación con la irrupción de la pandemia se paralizaron o ralentizaron muchos proyectos de investigación. “Es muy probable, que el 40% de los proyectos activos al comienzo de la pandemia se encuentren paralizados en estos momentos”. La Fundación para la Investigación de la AECC mantiene casi 400 proyectos en activo, pero un 25% tienen retrasos consecuencia del parón durante el confinamiento.
Equidad
La Asociación Española contra el Cáncer ha querido trasladar esta realidad: “El cáncer es igual para todos, pero no todos son iguales frente al cáncer. La solución a esta desigualdad es la equidad”.
Por ello, en AECC han abogado por el acceso a programas de cribado de cáncer para toda la población española, independientemente de su lugar de residencia, ya que los programas de cribado están implantados de manera desigual en España
De igual modo, consideran en la agrupación otorgar posibilidad de tomar decisiones saludables porque existen desigualdades en las autonomías a la hora de adoptar medidas contra el tabaquismo, que evitarían el 50% de los casos.
La equidad para vivir con cáncer también pasa por los costes económicos para la familia: el cáncer provoca pobreza en el 25% de los nuevos diagnosticados, el 40% de los afectados por el cáncer están en edad laboral y sufren una merma en sus ingresos por la situación de baja laboral. “No olvidemos que el 45% del coste del tratamiento es soportado por las familias, 9.000 millones de euros”.
Así mismo la AECC reclama acceso a tratamiento psicológico especializado para pacientes y familiares. El 50% de la población tendrá malestar emocional, el 30% desarrollará psicopatologías y el 94% de las comunidades autónomas ofrece una cobertura insuficiente o nula en tratamiento psicológico especializado).
También exigen el poder acceder a tratamientos de radioterapia, con medidas como proveer ayudas para gastos de desplazamiento y alojamiento. Aquí se calcula en 1.100 euros el gasto durante aproximadamente quince días.
Junto a estas peticiones, en lo que es la equidad en el acceso a los resultados de investigación, en la AECC se muestran favorables a la posibilidad de indagar sobre todos los tipos de cáncer, aumentando la inversión en investigación para llegar a 3.000 millones de euros en 2030. Además, han subrayado que los resultados y avances en este ámbito “deben llegar a todos los enfermos, independientemente de su lugar de residencia”.
La AECC, ya en el inicio de la pandemia, tomó medidas e iniciativas para ayudar a sus beneficiarios. Continuó prestando apoyo psicológico y emocional por vía telefónica o videoconferencia, se prestó ayuda psicológica en las situaciones de duelo (no solo en fallecimientos por cáncer sino en cualquier otra causa), los voluntarios estuvieron cerca de los enfermos a través de llamadas telefónicas o de chats para conversar y realizaron apoyo para gestiones fuera del domicilio (compra de alimentos, de medicamentos, etc.).
Así mismo, se habilitó un fondo especial de tres millones de euros en todo el país para ayudas a familias con dificultades económicas y en peligro de exclusión etc., “pero hay que seguir avanzando porque las necesidades de nuestros enfermos han aumentado, es por ello por lo que es necesario un acuerdo contra el cáncer entre todos”.
Un acuerdo que pasa por: