Carta del director de Soria Noticias, Sergio García.
Vivimos en una provincia en la que no abundan los proyectos ilusionantes. Tal vez simplemente porque al ser pocos nos tocan a menos o tal vez porque, como dice Javier Narbaiza, cuando te mueves siempre hay alguien que farfulla lo de ‘este que quedrá’. El caso es que, cuando llegan, la mayoría de las veces se acaban convirtiendo en un fiasco tan grande, repleto de decepción y enfado, que resta la credibilidad del siguiente proyecto, aunque no tengan nada que ver.
Simplemente en lo que llevamos de siglo la lista es prácticamente infinita. La recordaré aún a riesgo de quedarme sin espacio. El más sangrante, sin duda, es el Centro Penitenciario. La nueva cárcel, que con una inversión de más de 100M€ va camino de la década terminada y parada, supondría un empujón importante al padrón y la economía de toda la provincia con más de un millar de personas entre presos y funcionarios. Otros tenían un potencial aún más ambicioso, como la Ciudad del Medio Ambiente, y también fracasaron. Algunos, como el Centro de Referencia Estatal, acaban diluyéndose tanto que ya ni nos acordamos de ellos y otros, como la nueva Escuela Oficial de Idiomas, duermen el sueño de los justos. Todo por no hablar de la Autovía del Duero, o la ampliación del Hospital.
Somos tan desdichado que no solo nos engañan las instituciones, también las empresas, que prometen plantar futuro mientras arrancan las semillas, fundaciones con proyectos grandilocuentes, y hasta clubs de fútbol, que prometen el oro y el chino. Mientras nos entretienen con trampantojos (PAES, Plan Soria...), y pegatinas inútiles que van desde Numancia 2019 a candidaturas imposibles (Reserva de la Biosfera) o insignificantes (Ciudad Europea del Deporte).
Con ese bagaje no es de extrañar que la primera vez que me contaron el proyecto del Aeroparque Tecnológico e Industrial de Garray no pudiera evitar pensar en el capítulo del monorraíl de Los Simpsons. Lo cierto es que el proyecto tiene todo el sentido del mundo. Cielos limpios (atmosférica y viariamente), cercanía y buena conexión con Madrid y un suelo muy barato por no decir gratis. En Teruel les ha funcionado y, como diría aquel, “si no puedes innovar, copia”.
El ATI va creciendo con una importante inversión pública de la Diputación. Lo hace con las cúpulas de la energía de fondo, a modo de advertencia, pero también de oportunidad. La Junta debe involucrarse en el proyecto de manera decidida y no solo con dinero sino también con gestión. Que por una vez hagan algo en Soria ‘a mayores’, que luzca y que merezca la pena.
La llegada de los Hércules del Ejército a Garray, recibimiento propio de Berlanga incluido, es un símbolo. Si la empresa americana se pega 4 años trabajando en esos aviones en Soria será un éxito. Mientras, jóvenes de medio mundo pagan 80.000€ por sacarse el carnet de piloto y, poco a poco, este proyecto parece que comienza a volar y, por una vez, no es metafóricamente.