Tras el fallecimiento en los últimos dos años de los doctores Pastor y Mazariegos, creadores de este centro, sus hijos han tomado las riendas del negocio. A pesar de la dureza de la situación, se muestran ilusionados por seguir creciendo como empresa y, sobre todo, por honrar el sueño que un día tuvieron sus padres.
En 1985, los doctores Pastor y Mazariegos decidieron crear un lugar que pudiera ayudar a los sorianos. 36 años de dedicación, trabajo y esfuerzo, en los que Centro Médico PAMA se ha convertido en un referente sanitario de la ciudad y la provincia de Soria. Tras el fallecimiento de ambos en los dos últimos años, sus hijos han decidido tomar el mando del negocio y seguir con el legado de sus padres.
Miriam y Elena Pastor, y Álvaro Mazariegos son la segunda generación de esta empresa de más de 1.200 m2. Desde el día 5 de abril Miriam y Álvaro se han convertido en los administradores del negocio para tratar que este siga creciendo. Una nueva era, pero los mismos valores.
Algo con lo que han crecido en su día a día se ha convertido en el negocio que han decidido gestionar: “Todo los comienzos son complicados, sobre todo si son por el fallecimiento de mi padre por COVID. El mayor cambio ha sido ahora, nosotros no nos preocupábamos de nóminas o facturación o de búsquedas de especialistas. Aunque por supuesto que lo afrontamos con mucha ilusión, tanto Álvaro como mi hermana y yo siempre hemos tenido mucho vínculo”, afirma Miriam Pastor.
Actualmente el centro cuenta con 12 personas trabajando con nómina, más otros 10 especialistas que atienden varias veces a la semana. Oftalmología, traumatología, rehabilitación o cardiología son solo una pequeña representación de la gran cantidad de especialidades al servicio de los sorianos.
Miriam Pastor expresa que su intención “es continuar” la búsqueda de especialistas, para “intentar” ofrecer cada vez más y mejores servicios. Un ejemplo que destaca es el de traumatología y rehabilitación, al ser “un tándem” que funciona muy bien en cuanto a tiempos de “recuperación”.
En ese sentido ha expresado que la mayoría de los especialistas “llevan mucho tiempo en la empresa” y existe muy buena “relación entre todos” y siempre tratan de transmitir “cercanía y empatía” con la gente.
El estallido de la pandemia también fue una situación muy difícil para el centro. Desde que comenzó, PAMA ofreció todos sus servicios a la Junta para lo que fuese necesario. Además, pusieron en marcha un teléfono gratuito de atención psicológica y mantuvieron las consultas esenciales.
Una vez paso la primera ola también quisieron colaborar con los sorianos poniendo a un precio asequible la realización de test de antígenos, al considerar que era algo necesario para la población. En total, se han realizado 800 en el centro desde que comenzó la pandemia.
La vacunación de la sanidad privada fue otro de los problemas al que tuvieron que hacer frente. El fallecimiento del doctor Pastor a causa del COVID, pocos días antes de llegar las dosis, inundó de nerviosismo a los trabajadores del centro, ya que habían perdido a uno de los idearios de PAMA.
La segunda generación de este Centro Médico tratará de continuar con un negocio que existe desde hace 36 años y buscará hacerlo de la mejor manera posible: honrando a sus padres. Miriam Pastor expresa sus ganas por continuar con el legado: “Tenemos mucha ilusión con seguir creciendo, aumentar servicios, hacer cada vez más cosas, por ejemplo, ya se han incorporado tratamientos nuevos y técnicas de diagnóstico nuevas”. Ganas de hacerlo bien, convicción y familia son las mejores palabras que definen a PAMA.