La localidad de Cabrejas del Pinar y su pasado está marcado por los tres incendios que ha sufrido. En el tercero en 1872, que redujo la villa a un montón de cenizas. Afortunadamente, los cabrejanos pusieron coraje y reconstruyeron su pueblo.
El primero de los incendios de Cabrejas del Pinar ocurrió el 5 de abril de1734, en el que ardió la iglesia y cuatro casas próximas. Parece que las causas fueron fortuitas.
El segundo se produjo el 30 de enero de 1810, en el que ardieron unas 40 casas. Coincidió con la presencia de las tropas francesas en Soria y otros pueblos de la provincia. Se considera que pudo tener que ver con algún acto de represalía, un castigo -quizás- por atacar a las tropas francesas.
El tercer incendio y más devastador pasó el 26 de agosto de 1872. El pueblo quedó reducido a cenizas, quemándose prácticamente todo el pueblo, incluido el castillo.
Así cuenta diariodelahistoriasoriana.blogspot.como lo ocurrido:
"El 26 de agosto de 1872, a las 12,30 de la mañana, un incendio que apenas duró tres horas destruyó al práctica totalidad de Cabrejas del Pinar: ciento ochenta edificios, la cosecha (ciento ochenta y tres toneladas de cereal), la comida de los animales, todo quedó destruido por el fuego. El tejado de la iglesia quedó también destruido pero las bóvedas soportaron las llamas. Los ciento sesenta y cinco habitantes se quedaron sin nada y hubo que pedir ayuda al gobernador civil y al Gobierno de la nación. Los peritos de la época tasaron los daños ocasionados en 354.000 pesetas sin incluir la iglesia. Los vecinos del pueblo se negaron a abandonarlo, regresaron al emplazamiento quemado y reconstruyeron el pueblo donde había estado siempre, dentro de los límites de la vieja muralla. Consta que dos años y medio después el pueblo estaba casi reconstruido" .
La tradición popular recuerda esos episodios, y se cuenta que si se produce otro incendio aparecerá el tesoro del becerro de oro, oculto en algún lugar, puede que en el cerro en el que se asentó un castro celtíbero, donde está el origen de una localidad, que ha superado sus momentos historicos y colectivos más difíciles.