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El responsable del punto limpio de la capital es, sin duda, el senegalés más famoso de Soria. Souleymane Thiandoume, Suly en el trato cercano, se ha ganado el cariño de todos los sorianos gracias a un arma infalible, la sonrisa. Recto y eficaz, para su empresa es indispensable.
“Una sonrisa es una línea curva que lo endereza todo”. La autoría de esta cita corresponde a la actriz y comediante estadounidense Phyllis Diller, pero para Souleymane Thiandoume abarca toda una filosofía de vida. Gracias a esta poderosa arma, que se dibuja de forma amplia y sincera en su rostro, Suly (así le conoce la mayor parte de la sociedad soriana) se ha ganado el cariño y el respeto de todo aquel que ha tenido el placer de conocerle.
Suly es, desde hace ya cinco años, el responsable único del punto limpio de la capital, y su historia es de las que merece la pena conocer.
Nuestro protagonista nació en Senegal hace medio siglo. De familia pescadora, recuerda su infancia con mucho cariño porque, a pesar de todas las dificultades, “éramos unos privilegiados que podíamos tener alguna cabra, cuando para otros tan solo era un sueño”, afirma Souleymane.
Por herencia, su primer trabajo no podía ser otro y ejerció como pescador en alta mar. Una época “dura” donde el físico era más que importante. La inquietud de su espíritu tardó poco en florecer, y su pasión por la música convirtió a Suly en Dj, empleo que tampoco tardó en quedarse corto.
Apareció alguien que valoró sus dotes para la comunicación, y le ofreció trabajar en una emisora de radio. Allí estuvo cuatro años dando rienda suelta a todo su carisma.
Hace ya 14 años irrumpió en la vida de Suly una oportunidad que daría un giro de 180 grados a su existencia y la de su familia. Un convenio entre los gobiernos de España y Senegal posibilitaba la contratación de varias decenas de personas que viajarían a nuestro país de forma legal, y con el compromiso de un año de trabajo. Entre ellos, Souleymane Thiandoume, que llegó a Soria gracias a un contrato firmado por el grupo Sacyr. “Lo mío fue pura suerte”, relata, para explicar que “algo debieron influir en la entrevista mis estudios de Bachillerato”.
Hizo “el viaje directo entre Dakar y Soria” y desembarcó en el seno de la empresa Valoriza (la encargada de gestionar el servicio de limpieza en la capital). Tras doce meses concluyó su contrato, pero el carácter de Suly ya había enamorado a sus superiores. Fernando Baena, actual jefe de servicio de Valoriza, no olvida cómo Suly “aprendió a defenderse en español a los 15 días de aterrizar aquí”. Confirma que “tiene una alegría característica, es atento con todo el mundo y, ante todo, es un empleado eficaz”, por ello no se dudó en “echarle una mano” y ayudarle en la búsqueda de una nueva oportunidad laboral que le permitiese “quedarse aquí”.
La trayectoria laboral de Suly en Soria comenzó a enriquecerse y pasó de una empresa a otra demostrando su valía. A pesar de ello, el mercado laboral acabó devolviéndolo al paro. No dudó y regresó a Valoriza con el firme objetivo de “volver a casa”, expresa. La empresa tenía un hueco y Suly era el candidato perfecto. Han pasado ya cinco años desde que se convirtiese en el alma y el corazón del punto limpio de la capital.
Como único responsable del punto limpio, Suly se encarga (de lunes a sábado) de guiar a los usuarios en la compleja tarea del reciclaje. Baena explica que el puesto es “complicado” porque “no todos entienden que el papel de Suly solo es de asesoramiento. Necesitas mucha mano izquierda, pero a veces también mano derecha y él lo lleva muy bien”.
El buen talante del ‘monarca’ del punto limpio es su mejor herramienta de trabajo. Cuenta que intenta atender “con alegría de trabajar y de vivir” a cada persona que llega, de media unos 150 coches al día. No es sencillo borrarle la sonrisa, porque “siempre tengo buen humor mientras no venga alguien a intentar ponerme malo”, bromea. Estos ratos con el ceño fruncido cada vez están más distanciados en el tiempo: “Al principio hemos tenido bastantes problemas y se han vivido momentos un poco intensos cuando he intentado explicar cómo se deben hacer las cosas”. Cinco años después, se nota que “la gente tiene más costumbre y más conciencia”.
No todo cabe en el punto limpio. Neumáticos y medicinas tienen otros lugares
Los sorianos están aprendiendo, con la ayuda de Suly, qué residuos se pueden depositar en el punto limpio y cuáles no. “Todavía tengo que repetir a diario que aquí no se pueden tirar neumáticos, medicamentos o bombonas de gas”, insiste, para que el mensaje llegue más lejos.
Este empleo le ha regalado a Suly un sinfín de momentos desternillantes y más de uno completamente hilarante. “Casi cada día te traen una cosa que no has visto nunca”, refiere.
El reciclaje debería consistir en buscar un segundo uso
En otras ocasiones, lo que muchos consideran residuos disparan a Suly directamente al corazón. Se tiran televisiones “prácticamente nuevas”, también sillas de ruedas; objetos a los que “se debería buscar un segundo uso antes de traerlos hasta aquí”, solicita. “Hay que ser conscientes de que en Soria hay muchas personas que pasan necesidad y a las que estos objetos podrían facilitarles la existencia, si los depositas en el punto limpio ya no pueden salir y esto es una pena”.
Los coches de bebé y los juguetes le afectan especialmente, le recuerdan las necesidades de los niños de su país. Lugar donde residen su mujer y su hija, además de toda su familia.
Por el punto limpio pasan sorianos de toda clase y condición. Suly se los ha ganado a todos. “Podrían elegirme como diputado”, afirma medio en broma, medio en serio. A todos ellos les agradece “haberme recibido con los brazos abiertos y haberme hecho sentir como uno más”.
Podrían elegirme como diputado por Soria
El que ya es un soriano más, continuará alegrando el reciclaje a la capital, esperemos que por muchos años.