Poca afluencia a Valonsadero, precisamente en la festividad de San Juan, en un día campero que tradicionalmente los sorianos se vuelcan con unas fiestas que ahora no lo son.
Tranquilidad y mucha, en el monte Valonsadero poco antes de las doce del mediodía en un jornada que debería haber sido celebrada La Saca y que, sin embargo, por segundo año, no ha sido posible por las condiciones que obliga el coronavirus.
Aunque el acceso al paraje más querido por los sorianos no tenía limitaciones de entrada, los sanjuaneros han preferido confiar en que la crisis sanitaria permita seguir con la tradición y elegir otros quehaceres para este jueves.
Discretos controles de la Guardia Civil han permanecido a la entrada del monte y en el interior del mismo, al igual que la Policía Local, para informar sobre las medidas de distanciamiento y de uso de la mascarilla en una labor en la que también se ponía en conocimiento el debido respeto medioambiental hacia este espacio.
Algunas flores, un pañuelo anudado del Ayuntamiento en la puerta de la salida del ganado de los corrales testimoniaban que, tampoco este año, el festejo no tenía lugar. "Habría sido un buen día para La Saca", comentaba alguno de los pocos paseantes que en una agradable mañana, se han acercado a pie hasta Cañada Honda.
Mientras, decenas de senderillas se escondían, sanas y frescas, en una campa sin ecos de bullicios y entre una hierba verde y crecida, alimentadas todas por las geneerosas lluvias de este junio.